La actual situación de crisis financiera, derivada de la sanitaria, que redunda en un descenso de los ingresos en las arcas públicas y los recortes en la inversión pública, ha obligado a la administración local a reconsiderar fuertemente su estructura, el funcionamiento de su maquinaria y su tamaño. En algunos ámbitos se ha trasladado la intención de reducir el número de municipios y aumentar su homogeneidad como una forma de mejorar la eficiencia de la administración. Otras líneas de acción planteadas pasan por la formación de entes supramunicipales para optimizar recursos. Y en ese contexto, lo que se plantea para la comarca avilesina es la ventaja de invertir (o, al menos, mitigar) su menguante censo de población si se retornara a una organización territorial de diez municipios frente a los seis actuales, que suman a la cabecera de comarca los de Castrillón, Corvera, Gozón, Illas y Soto del Barco.
La llamada “comarca funcional” –que data del Estatuto de Autonomía de Asturias– supondría la incorporación de los municipios de Candamo, Cudillero, Muros del Nalón y Pravia y corresponde, en síntesis, a la organización adoptada como área sanitaria, actualmente vigente. Si se atiende a ese modelo territorial, el retroceso de población en el último lustro en la comarca avilesina se atempera. Según los datos del padrón municipal del Instituto Nacional de Estadística (INE) el descenso de población para una comarca de diez fue del 6,3% entre 2010 y 2020, frente al 5,6% de la comarca de seis para el mismo período. Si el análisis se reduce al último lustro la diferencia entre ambos se ajusta: la población se reduce un 3,5% en conjunto para la comarca de seis municipios frente al 3,8% de bajada en esa posible comarca avilesina que incluyera Candamo, Cudillero, Muros y Pravia. En cambio, si esa radiografía acerca el foco a la evolución de los últimos tres años el descenso poblacional en la estructura territorial vigente –de seis municipios– es del 1,1% frente al 1,3% de la comarca de diez. ¿Qué significa esto? La diferencia mengua con el paso del tiempo, de las siete décimas del inicio de la década a las dos actuales, lo que hace más favorable pensar en una estructura territorial que se acerque al modelo de área sanitaria frente a la vigente estructura de distribución comarcal.
La comarca de seis pierde desde 2015 un total de 4.605 vecinos frente a los 5.655 de la comarca de diez. Con respecto a hace una década son 7.7791 vecinos menos para seis concejos o 9.923 si se atiende a la distribución de diez. En los últimos tres años esa diferencia se acorta: con una mengua de 1.542 empadronados en la comarca de seis frente a los 1.971 menos si el análisis se lleva a los diez concejos,
La falta de coordinación entre los diferentes servicios administrativos ha venido caracterizando la actuación pública en los últimos tiempos. No solo en la comarca avilesina, también en otros territorios limítrofes. Muchas de las comercializaciones actuales, señalan los expertos, “fueron realizadas sin conocimiento real de las circunstancias regionales”. Y otras no llegaron a actualizarse del todo. Es el caso de la distribución en partidos judiciales, que data de finales del siglo XIX. “No extraña la incompatibilidad de algunas divisiones”, subrayan los conocedores en análisis del territorio. A mediados del siglo pasado, el Ministerio de Trabajo señaló Avilés como área industrial central junto a sus concejos limítrofes.
El Instituto Nacional de Empleo aludía a una comarca de diez municipios en 1981, e idéntico territorio se le asignaba en la distribución de las 13 comarcas educativas (transformadas luego en diez) por la Administración central. A diez concejos también alude Efrén García Fernández para referirse a la “comarca natural” de Avilés en 1977. Se basaba en el hecho de que aunaba foros de vida económica y administrativa tomando como referencia la interconexiones viarias del mismo rango entre capitales de municipios.
La comarca funcional o la planificación territorial local en base a los criterios territoriales que señala la regionalización hospitalaria fijada en 1976 en la que se circunscribe el área III para el territorio avilesino –formado en este caso por diez concejos– facilitaría, al menos en el análisis demográfico, una tendencia menos decreciente que la que contempla la organización actual de la comarca, con cabecera en el municipio de Avilés al que se suman los otros cinco territorios limítrofes –Corvera, Gozón, Castrillón, Illas y Soto del Barco–. Junto a la optimización de recursos es obvia la oportunidad que ofrece la constitución de diez para amortiguar la caída demográfica.
Además del área sanitaria, existen entidades locales como la Unión de Comerciantes de Avilés y Comarca (Ucayc) que sí tiene en cuenta esa otra distribución territorial e incluye entre sus representantes a los autónomos de concejos incluidos hoy en la comarca del Bajo Nalón como Pravia.
Una división convencional para distinguir lo esencial de lugares determinados de la región
Según el Estatuto de Autonomía de Asturias, el Principado se divide territorialmente en concejos y comarcas; estas últimas englobarían a varios concejos. Sin embargo, este precepto estatutario no se desarrolló en plenitud. Tan solo el decreto 11/1991 de 24 de enero establece una división en ocho comarcas funcionales o áreas de planificación territorial, que no son estrictamente comarcas oficiales, pero que constituyen un sistema para homogeneizar los datos en las estadísticas regionales que realiza el Principado. Además, la presentación comarcal permite, a efectos turísticos distinguir lo esencial de lugares determinados. Según esa delimitación, las ocho comarcas de Asturias son: Eo-Navia, Narcea, Avilés, Oviedo, Gijón, Caudal, Nalón y Oriente. Con el Avance de las Nuevas Directrices Regionales de Ordenación del Territorio se añadirían las comarcas del Navia y Porcía, los concejos de Suroccidente, la comarca vaqueira, la del Camín Real de la Mesa, la del Bajo Nalón, la de la Montaña Central, el valle del Nalón, la Comarca de la Sidra y la de Picos,
