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Retrasos de casi un año en la tramitación de licencias desquician a los afectados

“Quiero poner una tostadora de café y me piden papeles como si fuera a montar la Du Pont”, lamenta un empresario víctima de la burocracia

Un transformador eléctrico en El Caliero cuyo traslado está bloqueado por la demora administrativa. | Ricardo Solís

La lentitud a la que avanzan ciertos expedientes en la oficina técnica municipal del Ayuntamiento de Avilés es motivo de malestar entre quienes tienen que esperar meses por licencias o resoluciones que, bajo el punto de vista de los afectados, “deberían estar listos en cuestión de días dada su escasa complejidad”. En algunos casos, el frenazo municipal rompe los esquemas de desarrollo de proyectos empresariales y en otros causa trastornos a los vecinos o paraliza planes de construcción.

El covid, que ha obligado a multiplicar el número de trámites a realizar de forma telemática, no ha venido precisamente a dulcificar las ya de por sí siempre tensas relaciones entre administradores y administrados. “Es desesperante, porque ahora tienes que mandar todo lo que te piden por mail o la pasarela electrónica municipal, prácticamente a ciegas, y nadie te da explicaciones de nada; ya no es posible ni ir a ver a un funcionario para preguntarle aquello de ‘¿cómo va lo mío?’”, critica un empresario con solicitudes urbanísticas en curso sin resolver.

El exconcejal del PP José Luis Garzón es uno de los atrapados en la maraña burocrática: “Bajo mi punto de vista hay un problema de escasez de personal que se traduce en caos en la gestión de la oficina técnica de Urbanismo y una atención pésima al ciudadano. En mi caso, llevo peleando desde el mes de agosto para que el Ayuntamiento autorice el cambio de ubicación de una transformador eléctrico de cara a la construcción en una parcela y los ‘papeles’ no se mueven. Pensé que lo difícil iba a ser la gestión con la empresa eléctrica y ha resultado que el mayor tapón está en el Ayuntamiento”.

Indirectamente, el freno al traslado del transformador perjudica a los vecinos del Caliero, que es la zona donde se ubica el aparato. “Aprovechando el traslado, la intención de la compañía eléctrica es aumentar la potencia del transformador para acabar con los problemas de caída de tensión que se producen de un tiempo a esta parte en esa zona de Avilés, donde la demanda de electricidad ha crecido notablemente por la llegada de nuevos residentes y la apertura de negocios. Pero nada, todo son trabas y ahí sigue el transformador en medio de la finca”, explica Garzón.

Un empresario que tiene planes para abrir un negocio cafetero en Las Arobias asegura que, en su caso, presentó la documentación necesaria para hacer las obras y abrir el negocio “allá por marzo del año pasado” y confiesa que “a estas alturas y después de tantas vueltas como me han dado ya no sé verdaderamente cuál es la razón por la que el expediente no avanza”. Este hombre tenía previsto abrir su establecimiento en septiembre, y de hecho paga la renta del local religiosamente pese a no tener todavía actividad. “El trastorno es enorme y el lío burocrático desquiciante, todo lo que quiero poner es una tostadora de café y me piden papeles como si fuera a montar la Du Pont”, se lamenta.

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