El vecino de Cudillero acusado de no presentarse como primer vocal en la mesa electoral que le había caído en suerte en las elecciones municipales de 2019 explicó ayer: “Soy minusválido y vivo en un pueblo bastante lejos de Cudillero: no podía coger un taxi, casi hay que pedirlo con un día de antelación”, apuntó el hombre que camina ayudado por muletas.

Todo esto dijo que lo había justificado ante la junta electoral de zona (Grado) “y el Ayuntamiento”. Presentó un certificado médico en el que se podía leer que tiene “un 40 por ciento de limitaciones de movibilidad”. Lo que sucede es que la junta electoral no aceptó como válidas las alegaciones del ciudadano de Cudillero.

Coincidió la llamada a la mesa con una rotura de parte del dedo índice de la mano derecha. “Es decir, que tampoco podía escribir”, señaló su abogado, Gabriel Giraudo. La Fiscalía mantuvo la petición de pena: una multa de 2.880 euros.