La Fiscalía mantuvo ayer la pena de dos años de prisión para un acusado de abuso sexual a un menor en un locutorio de Avilés en diciembre de 2018. La defensa, sin embargo, pidió la libre absolución de su cliente al considerar que no había ningún hecho probado. “La única persona que pudo ver los hechos era una tía del menor que no se presentó al juicio y estaba citada”, señaló el abogado defensor, Sandalio Villabrille, que confirmó que lo único probado es que su cliente “estaba en el locutorio viendo vídeos pornográficos, lo demás son elucubraciones”.

El menor de 15 años y que por aquel entonces tenía 13 acudió al Juzgado de Avilés acompañado de su madre –en el señalamiento judicial la edad del chico era de 17 años–. Llegaron bastante después de la hora fijada para la vista, de hecho, tanto el abogado defensor como los testigos policiales allí presentes no descartaban que el juicio se suspendiera otra vez, teniendo en cuenta que en otra ocasión hubo incomparecencia de la supuesta víctima. La sesión se desarrolló a puerta cerrada y como suele ser habitual, con versiones cruzadas.

El acusado negó los hechos ante la jueza del Juzgado de lo Penal número 2. Según el relato de Fiscalía, el hombre nacido en 1966 estaba viendo vídeos pornográficos en un locutorio y en un momento se colocó al lado del menor diciéndole que los viese con él y que, si quería, se podían ir a un sitio mas tranquilo. Mientras tanto, la tía del menor estaba hablando por teléfono, siempre según el Ministerio Fiscal, que indica en su escrito que el hombre le pasó la mano por el cuello, el hombro y el brazo, hasta llegar al muslo, llegando a ocasionarle al menor un arañazo en la zona abdominal cuando éste se intentó zafar, como consecuencia de esa acción, el menor sufrió lesiones de las que tardó en curar cinco días, sin secuelas.

Durante la sesión declararon también varios agentes de Policía que, según el abogado defensor, “no vieron nada”. “Es decir, no hay nada que pruebe que mi cliente hiciera nada al menor, hay falta de pruebas y todo son indicios y elucubraciones”, concluyó Villabrille.