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Condenan a Du Pont por impedir la labor sindical de un representante del SOMA

El trabajador es el responsable del sector de química de la Federación: “La empresa debe volver a andar por la senda democrática”

Concentración de los trabajadores de Du Pont contra el expediente abierto a un sindicalista de SOMA-FITAG-UGT, con la presencia de Pepe García, Javier Fernández Lanero y José Luis Alperi, en noviembre de 2019. | S. F.

La multinacional Du Pont tiene que indemnizar a uno de sus trabajadores por impedirle desarrollar su actividad sindical. Le había sancionado en octubre de 2019 coincidiendo con la segunda convocatoria electoral celebrada en el complejo industrial de Tamón. Ahora, tras una sentencia firme del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), la compañía tiene que retirar el expediente abierto y, además, habrá de indemnizar a su empleado por los daños y perjuicios.

El trabajador sancionado (por el contenido de unos folletos electorales) es representante sindical en el comité de empresa de PSP (la fábrica de nomex); además, es el responsable de Química de SOMA-FITAG- UGT.

La decisión de sancionarle conllevó una concentración en la puerta del complejo industrial carreñense en la que participaron, entre otras personas, el secretario general de UGT en España, Pepe García; su homólogo en Asturias, Javier Fernández Lanero; y el secretario general de la federación, José Luis Alperi. Pepe García, en su discurso a los compañeros del sindicalista sancionado, aseguró: “Du Pont persigue a los sindicalistas, no le gustamos, pero la multinacional está en España, está en Asturias, y tiene que cumplir la legislación”.

La sentencia del TSJA señala que el trabajador tiene derecho a ejercer su labor sindical y que dentro de ese derecho se incluye la crítica. En consecuencia, condena a la compañía por haber vulnerado un derecho fundamental. El SOMA considera que “la condena deja constancia de que, lamentablemente, en Asturias la vulneración de derechos sociales no se da únicamente en pequeñas empresas, sino que grandes compañías que se presentan ante la opinión pública como ejemplares también violentan y olvidan aplicar las normas. La empresa tiene que volver a andar por la senda democrática”.

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