“Aquí no hubo ninguna fiesta. Tengo dieciocho mesas, cada una con cuatro sillas, y separadas por mamparas. No hay derecho”. Habla Pablo Ariza Álvarez, propietario del negocio de hostelería de la calle Rivero al que la Policía Local propuso para sanción el pasado sábado por celebrar, presuntamente, una fiesta en la terraza interior del local. Según el afectado, no hubo celebración alguna y el foco del conflicto está en unos clientes que subieron a una red social una foto en su terraza sin mascarilla. “¿Cómo controlo yo que alguien se baje un momento la mascarilla para hacerse una foto? Eso es cuestión de segundos”, sostiene el dueño de La Galería.

Ariza desmiente la versión policial. Según la Policía Local, se le denunció además por infringir la Legislación de Espectáculos y Actividades Recreativas al incumplimiento las condiciones de insonorización, al ser detectado en funcionamiento el sistema de amplificación con las puertas del negocio abiertas.

“No tenía la música puesta, solo las televisiones y con el sonido bajo. Tengo licencia de cafetería, de restaurante y de café teatro con música amplificada, pero esta no la tengo funcionando precisamente para que la clientela no se ponga a bailar. Aquí han venido muchas veces (por los agentes) y saben que se cumple la normativa”, prosigue Pablo Ariza Álvarez.

Este hostelero es uno de los que invirtió miles de euros ya el pasado año en adaptar sus negocio a las restricciones vigentes, instalando sistemas de protección. “No hay más que verlo, y encima me encuentro con esto”, incide. Lo que resulta imposible, añade, es poder controlar cada movimiento de la clientela: “Aquí estamos cuatro y se trabaja con una tensión impresionante. Ya he echado a gente de la terraza por incumplir las normas pero es imposible controlar si alguien se baja un momento la mascarilla para una foto. Y siempre he colaborado con la policía”, concluye el hostelero.