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Ana Belén, ante dos espejos

La actriz repasa con “Eva contra Eva”, en el Niemeyer, el miedo y la envidia al paso de los años en el mundo del espectáculo

Ana Belén, reflejada en el espejo, sobre el escenario del Niemeyer.

Un aforo completo no es exclusivo de un tiempo prepandemia como demostró anoche Ana Belén y su “Eva contra Eva”, que ocupó todas las butacas del Auditorio del Centro Niemeyer con la obra de teatro adaptada por Silvia Munt.

Dos actrices de generaciones distintas –Ana Belén, de un lado, y Mel Salvatierra, de otro– interpretaban a un mismo personaje, evidenciando un choque de dos maneras de entender la vida y la profesión. La más joven luchaba por conseguir la oportunidad de darse a conocer. La mayor se esforzaba para que el paso de los años no la hiciera desaparecer de los escenarios. Pero esa diferente actitud no las convierte necesariamente en enemigas, sino que se trata de miradas complementarias que pueden aprender la una de la otra, sin ninguna necesidad de destruirse.

Junto a Ana Belén también pasaron por el escenario del Niemeyer, Javier Albalá, Manuel Morón y Ana Goya. Los cinco personajes de “Eva contra Eva” (el director, el crítico, la representante y las dos actrices) utilizan el teatro para hablar de la vida y la vida para hablar del teatro. Se entregan a la profesión con tanta intensidad y devoción que, a menudo, pierden la capacidad de reírse de sí mismos.

Ana Belén y el resto del elenco recogieron aplausos a partes iguales del público avilesino. También el trabajo de dirección de Silvia Munt, con una versión muy libre de “Eva al desnudo”, que bebe también de “Opening night” (Noche de estreno), de John Cassavetes. Un ejemplo de teatro dentro del teatro, que es la metáfora más sostenida en el tiempo de que la vida es sueño.

El enfrentamiento de las dos mujeres, espejo contra espejo, consiguió cerrar una tarde de viernes, por primera vez desde hace varias semanas, sin cierre perimetral, en el centro cultural de la ría de Avilés. El aparcamiento a rebosar evidenciaba las ganas de teatro.

De vuelta a casa, el espectador reflexionaba, como evidenciaba la propia Ana Belén a través de las páginas de este diario, hace unos días, que “la vida sería más fácil si hubiera más curiosidad por ambas partes: de mayores a jóvenes, y a la inversa”. La actriz y cantante defiende que siempre procuró mantener esa curiosidad por quienes le habían precedido. “Pero de todo esto nos damos cuenta cuando nos hacemos mayores”, concluyó diciendo a modo de balance sobre el drama del paso del tiempo.

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