“Era un trabajador nato, cariñoso y espléndido, un buen hombre, un gran paisano”, comentaron ayer José Manuel Menéndez y Toni Álvarez, dos clientes y amigos del hostelero Moisés Pérez, momentos antes de iniciarse su funeral en la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery, en Sabugo.

Pérez regentó varios locales de hostelería en Avilés y “trabajó como el que más detrás de la barra”. Falleció en Oviedo tras tiempo ingresado en el HUCA; tenía 83 años. “Era un referente de la hostelería por sus sidrerías en Avilés. Siempre luchó mucho, me alegra ver tanta cantidad de gente en su despedida”, manifestó el empresario Antonio Sabino al tiempo que el también amigo de Moisés Pérez Amancio García le recordaba como “un luchador” detrás de la barra, desde donde echó “cientos de miles de culinos de sidra”.