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Windar cuadruplica su plantilla en una década: de 500 a 2.000 empleos directos

La firma avilesina suma ya cinco plantas en el extranjero, cuatro de ellas bajo la dirección industrial de profesionales asturianos

Algunas de las estructuras construidas en Avilés para servir de base a aerogeneradores marinos, esperando ser embarcadas en el muelle de Valliniello. | Ricardo Solís

Windar Renovables, firma avilesina especializada en la construcción de torres y estructuras para el sector eólico, ha cuadruplicado en apenas una década el empleo directo que genera, un crecimiento exponencial directamente relacionado con su expansión internacional. De los 500 trabajadores con los que contaba en España en 2009 (de ellos, casi la mitad en Asturias) ha pasado a los 2.000 que suman sus filiales y factorías repartidas por tres continentes: Europa, Asia y América.

La política de expansión de la empresa del Grupo Daniel Alonso viene determinada por las políticas de transición energética de los países que pisaron el acelerador con la entrada de las energías renovables, así como por los requerimientos de sus principales clientes, como Vestas y SGRE (Siemens Gamesa Renewable Energy), explican desde la compañía.

La internacionalización de Windar comenzó en 2011 en India, con una inversión de 11 millones en la construcción de una nueva planta de fabricación de torres eólicas en el estado de Gujarat (Windar Renewable Energy), con capacidad para fabricar más de 600 torres al año. En 2013 inauguró un centro de producción en Brasil (Torrebras), con una inversión de 12 millones y más de 200 torres anuales de capacidad de producción. Tres años después, con una capacidad productiva similar, activó en el puerto de Altamira la fábrica de México (Windarmex), con unos veinte millones de inversión. No habían pasado dos años cuando la compañía asturiana empezó a fabricar en la región rusa de Rostov mediante la firma WRS Towers LLC, el primer centro de producción de torres eólicas en el país de Vladímir Putin.

Al frente de todas estas factorías se encuentran profesionales asturianos. Gerardo Acebal dirige la planta india, Arturo Mon la mejicana, David Fernández la brasileña y Pelayo Berjano la rusa. En todas ellas fabrican torres de tierra para nutrir los mercados locales principalmente, si bien pueden abastecer a regiones cercanas en cada caso (la de México, por ejemplo, está nutriendo al mercado estadounidense en la actualidad y también fue concebida para atender al de los países centroamericanos).

A diferencia de las estructuras para proyectos de eólica terrestre, los componentes y estructuras para parques eólicos marinos en alta mar (offshore) salen de los talleres del Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA) y son embarcados en el puerto de Avilés, que ha puesto a disposición de esta logística el muelle de Valliniello (margen derecha de la ría). Solo otra fábrica nutre al sector offshore, la última en sumarse a la red internacional de Windar: la que se está poniendo en marcha en la Bretaña francesa para atender el encargo de Iberdrola para el parque eólico marino de Saint-Brieuc de Ailes Marines y que dirige el andaluz Antonio Serrano.

Windar y la sociedad Navantia (con la que concurre en UTE a buen número de contratos) fabrican en Brest los nudos inferiores y la estructura de celosía de 34 de las 62 plataformas (jackets) que conformarán este parque eólico marino. Este contrato, por importe de 350 millones, es el mayor de la historia de la alianza Navantia Windar. Además del proyecto en marcha en la costa bretona, la sociedad conjunta Navantia-Windar es adjudicataria del contrato para fabricar cinco cimientos flotantes para el parque eólico marino Kincardine OWF, a construir en la costa de Escocia. Los cimientos se instalarán a 15 kilómetros al sureste de Aberdeen y soportarán aerogeneradores de 9,6 megawatios de potencia. Con estos y otros contratos la alianza Navantia-Windar se consolida como líder del mercado de cimentaciones flotantes.

La empresa que dirige el avilesino Orlando Alonso llegó a proyectar una segunda fábrica en India (Windar Renewable Energy II) en la región de Andhra Pradesh, que no llegó a ver la luz, y Estados Unidos ha estado siempre en el punto de mira.

Avilés entrega los primeros pilares para una granja eólica marina en la costa de Bretaña

Windar Renovables ha comenzado esta semana a embarcar en el muelle de Valliniello los primeros lotes de “pin-piles” (pilotes de cimentación) para la granja eólica marina de la bahía de Saint-Breuc, en la costa bretona de Francia; se trata de una obra etiquetada como “Qrt9s0”, lo que en la jerga científica identifica a los proyectos que tienen por objetivo reducir la huella de carbono. Trabajadores de Tadarsa Logística (otra empresa del Grupo Daniel Alonso) han cargado un total de 19 “pin-piles” construidas en las instalaciones avilesinas de Windar para llevarlas al puerto de Cherburgo, y desde allí, al punto de enclavamiento. Los “pin-pile” son estructuras cilíndricas y huecas de entre 20 y 30 metros de longitud por entre 4,5 y 6 de diámetro que se clavan como si se tratara de alfileres en el lecho marino para servir de base a los aerogeneradores marinos.

El contrato con la empresa eléctrica Iberdrola, adjudicataria del proyecto, prevé la construcción de 62 “jackets” (las plataformas que van ancladas al fondo del mar y que sostienen los molinos de viento) destinadas al parque eólico marino Saint-Brieuc. El proyecto contempla que una parte de las estructuras se fabricarán en Brest (también en Francia), como los nudos inferiores y la estructura de celosía para 34 jackets, mientras que en Avilés se realizarán los “pin-pile” o pilas que fijarán las estructuras al fondo del mar.

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