Tenía 18 años recién cumplidos cuando el movimiento 15M tomaba calles y plazas de toda España, entre ellas El Parche avilesino. La curiosidad llevó al joven de Villalegre Claver Crespo a acercarse a la acampada de los indignados avilesinos, el germen del partido al que se acabó afiliando nueve años después, ya en tiempos de pandemia. Podemos Avilés ha confiado a este trabajador social de 28 años, que ejerce como educador de calle, la coportavocía del partido en Avilés. Es la mano derecha en el partido de la líder, Tania González, que ve en este joven el perfil idóneo para ir renovando la formación morada y para atraer al proyecto a avilesinos de su generación.

Alumno del colegio de su barrio, el de Villalegre, el niño Claver fue un estudiante aplicado hasta la adolescencia, una época en la que se entremezcló la rebeldía de la edad con las dudas sobre el camino a seguir. No tardó mucho en encontrarlo. La propia sangre despertó la vocación. Quería ayudar a quienes peor lo tienen en la vida. “Mi profesión la tuve cerca desde bastante pequeñín por el bagaje familiar. Mi padre es profesor de religión, está vinculado a ONG en Avilés, y mi madre es trabajadora social”, cuenta. Así que probó con un ciclo superior de Integración Social en el Carreño Miranda “para ir tomando contacto con el mundo de la intervención”, aquello le gustó y dio el paso a la Universidad, de la que salió graduado como educador social.

En estas andaba cuando estalló el 15M. No participó en el movimiento de forma muy activa, pero “bajaba a la acampada de Avilés de vez en cuando, escuchaba los discursos, los manifiestos”. Y aquello, le pareció, “estaba bien”. Ahora ve en aquellas escapadas al Parche “un momento histórico” (“entonces no era consciente de ello”) y el alba de una vocación política. Con aquella mayoría de edad que coincidió con el 15M llegó el derecho al voto y Crespo no veía opción a la que entregar su papeleta. El bipartidismo no le representaba. Buscaba otra cosa y la encontró en partido de Pablo Iglesias Turrión.

“Después del 15M nació Podemos y me pareció un partido interesante, una forma distinta de hacer política. Yo nací con el bipartidismo. Me empecé a acercar a los círculos, iba a los de Avilés y a alguno de Corvera, a las asambleas, pero de oyente, nada más”, explica.

El oyente ha pasado en apenas un año de militante a coportavoz del partido en Avilés. La afiliación llegó porque le “apeteció dar un paso más y aportar además de escuchar”. A la coportavocía, “porque llegó la ocasión”. “Tania quería dividir responsabilidades y tareas, también está en las instituciones, y quiere a gente pegada a la calle para trasladar propuestas e ideas”, añade.

Su visión de Avilés coincide al dedillo con el ideario de la formación: “Veo un Avilés machacado por la crisis del covid, también por cuestiones que ya venían de antes. Los jóvenes tenemos bastantes dificultades para desarrollarnos en lo laboral y en materia de vivienda, la ciudad está envejecida y me gustaría que fuese más amable, que tuviese más zonas verdes. Hay muchas cosa que cambiar en Avilés”.

En esa calle a la que escucha para cambiar las cosas desde la política también tiene su profesión. Crespo Rodríguez participa ahora en un programa de prevención de drogas con jóvenes de los barrios avilesinos. Y al menos por ahora, esa vocación profesional le sigue marcando el rumbo. “Mi objetivo profesional es mi formación académica y mi profesión actual. He encontrado en Podemos un espacio donde participar de forma política como un ciudadano más. Por ahora es algo transitorio y con el tiempo ya se verá”.