La ciudadana holandesa Henny Haisma, que hasta el día 13 ejercía como directora comercial de la empresa Alu Ibérica (la antigua Alcoa), ha pasado a encargarse de la dirección operativa de las plantas de Avilés y La Coruña. El nombre de Haisma aparecía en el organigrama que había diseñado el exdirector general de la compañía, Carlos Núñez Zorrilla, que comunicó su dimisión el día 19 sin explicar las razones de su marcha. Ese mismo día, dicen los responsables de Grupo Riesgo, fue cuando los dueños de las plantas alumineras en crisis decidieron ascenderla.
La empresa dice en un comunicado interno que la opción por Haisma ha sido “por la necesidad de dotar a las plantas de mayor visión internacional”. No dicen nada, sin embargo, del hecho de que la ausencia de Núñez hubiera dejado a la empresa descabezada en plena investigación policial de una presunta “despatrimonialización fraudulenta” de las instalaciones fabriles por orden de la magistrada titular del Juzgado Central Número 3 de la Audiencia Nacional, la magistrada María Tardón.
Henny Haisma llegó a Alu Ibérica en calidad de asesora en mayo pasado, quince días después del asalto de Grupo Industrial Riesgo. En octubre, pasó a la nómina de la compañía. Tanto en primavera como en otoño lo que tenía encargado era la dirección del departamento de compras y el de las operaciones metalúrgicas. Lo que dice la empresa que va a hacer a partir de ahora es asumir “todas las decisiones estratégicas de funcionamiento para el conjunto de las fábricas”.
En paralelo a este nombramiento, los dueños de Alu Ibérica (Víctor Rubén Domenech, principalmente, uno de los detenidos en la operación del pasado 4 de marzo) han decidido crear un “comité técnico industrial” en el que, aparte de “los inversores” (Domenech y Alexandra Camacho) estará otro ciudadano holandés –Gerwin Smaal, vinculado a la empresa CP Phenolics–. Smaal, se lee en el mismo comunicado, “analizará la consolidación del proyecto industrial de la compañía”.
En paralelo a las nuevas responsabilidades que asumen tanto Haisma como Smaal –semejantes a las señaladas por Riesgo a su llegada, hace un año– destaca la ausencia de actividad productiva en la fábrica de Avilés.
Los trabajadores del departamento de fundición estuvieron “rebañando” la poca chatarra que quedaba en los boxes para poder hacer una colada, cuando lo normal es hacer entre 15 y 20 diarias. Según señalan, en el día de ayer no entró “ni un solo camión” y la actividad se limitó a refundir una colada que había salido mal. “Los trabajadores siguen en sus puestos”, señalaron desde el comité de empresa. Lo hacen, sin embargo, “con la inercia de la responsabilidad” porque desde la dimisión de Núñez y hasta ayer a media tarde desconocían quien gestiona en la empresa.
Y es que, además, los trabajadores siguen sin cuentas de correo electrónico. Están así desde el día 3 de marzo, es decir, la jornada anterior a la toma de la fábrica por parte de la Policía Nacional. De todo esto es de lo que quieren hablar con la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín. Este sábado está prevista una concentración en la plaza de España de Avilés con las debidas distancias físicas y limitaciones sanitarias. El reloj corre inexorable hacia el precipicio.
