La penúltima cofradía de la Semana Santa de Avilés por orden de antigüedad –solo es más reciente la cofradía del Beso de Judas– es la que tiene su sede en la iglesia de San Antonio (antes de los Padres Franciscanos): Nuestro Padre Jesús de la Esperanza. Fue fundada en 1997, entre otros por su actual hermano mayor, Rufino Arrojo Casares. Y pese a esa relativa juventud –el próximo año soplarán 25 años– es la cofradía que bate récords en Avilés: la que más pasos tiene (cuatro), la que participa en más procesiones (cuatro) y la que tiene el honor de abrir y cerrar el guión procesional, pues levanta el telón con La Borriquilla y lo baja con Jesús Resucitado (en este caso acompañada por las cofradías de La Soledad y San Pedro).
Rufino Arrojo Casares dice que semejante despliegue procesional –además del Domingo de Ramos y el Sábado de Gloria, Jesús de la Esperanza sale en Lunes Santo con el Cautivo y el Viernes Santo con el Cristo de la Agonía– no tiene más secreto que “mucho trabajo y sacrificio por parte de los cofrades”. Puede dar fe de esa predisposición a vivir la Semana Santa de forma maratoniana Manuel Álvarez González, que toca el bombo en la banda de tambores y cuando el covid no era motivo de preocupación se iba a Candás nada más acabar la procesión avilesina del Santo Entierro a poner música, con el resto de la banda de Jesús de la Esperanza, a la procesión de La Soledad de la villa marinera.
La de Jesús de la Esperanza es una cofradía que ha tenido un crecimiento espectacular, pues para solo tener 24 años de vida supera el centenar de afiliados. Y más aún, ha atesorado un patrimonio al alcance de muy pocas hermandades: aparte de instrumentos, vestuario, utillaje, carros procesionales y demás bastimentos, la entidad custodia y conserva en excelente estado cuatro imágenes: Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, Jesús de Medinacelli (El Cautivo), Jesús Resucitado y el Cristo de la Agonía.
Ese cristo moribundo en el Calvario data de 1941, lo que lo convierte en la talla más antigua de las que salen en procesión por las calles de Avilés en Semana Santa. Además, tiene mucha historia porque es réplica de otro que existió en Avilés desde el siglo XVII (destruido en la guerra civil) y que, según cuenta la tradición, fue traído a tierra por pescadores que lo hallaron flotando en el mar.
Como ocurre en las otras siete cofradías penitenciales de Avilés, los miembros de Jesús de la Esperanza sobrellevan con tristeza la suspensión por segundo año consecutivo de las procesiones que, precisamente, deberían empezar mañana, Domingo de Ramos, con La Borriquilla. “Las circunstancias son extraordinarias debido al covid; hay una buena razón, sanitaria en este caso, para contener el ansia que todos tenemos de estar en la calle. Ojalá el ritmo de vacunaciones permita que en 2022 recuperemos la normalidad, que en el caso de nuestra cofradía se vería adornada con la celebración del 25.º aniversario”, comenta el hermano mayor.
Los cofrades de Jesús de la Esperanza invitan a todo quien lo desee a visitar la iglesia de San Antonio en estos días para ver de cerca y en plenitud las cuatro imágenes que de otro modo hubieran salido a la calle: “De otro modo, pero la Semana Santa y su espíritu están presentes”.
PROTAGONISTAS DE LA SEMANA SANTA
En el segundo año sin procesiones de Semana Santa por la epidemia de coronavirus, las cofradías de la ciudad mantienen viva la llama de esas fechas tan importantes para los católicos con actividades telemáticas y actos con limitación de aforo en las iglesias.
LA NUEVA ESPAÑA de Avilés se suma al esfuerzo de las cofradías y las parroquias para celebrar la Semana Santa aún en tiempos de covid con un amplio despliegue informativo en su página web y su correspondiente reflejo en la edición escrita. Desde el 13 de marzo y hasta hoy, víspera del Domingo de Ramos, el periódico ha venido publicando en entregas sucesivas videodocumentales temáticos que tendrá como protagonistas a las ocho cofradías avilesinas. Todos los vídeos pueden verse en www.lne.es
