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Músicos y feriantes, pesimistas: “Sin fiestas de prao nos espera otro verano muy negro”

Los grupos musicales temen que desaparezcan las romerías que se hacen por recaudación popular y los barraqueros anuncian movilizaciones

Ambiente en la plaza del Niemeyer, en un concierto el pasado verano. Ricardo Solís

La folixa ha enmudecido. Lejos están ya las fiestas multitudinarias y los carteles festivos que anunciaban romerías con barracas. La vacunación masiva es, para los sectores abofeteados por la pandemia, el salvoconducto que les puede abrir la puerta del túnel en el que llevan ya un año sin ver salida. Pero lejos del optimismo, orquestas y feriantes se muestran cabizbajos: “Nos espera otro verano muy negro”. Lo dice Toñi Escaño, vocalista del “Dúo Brass”, una agrupación con raíces avilesinas y corveranas que nunca en más de treinta años de carrera había estado parada. Confirma sus palabras Miguel Castro, feriante que ha llevado su “Disney Factory” por toda la comarca. “Nadie nos abre una puerta, y nosotros no queremos ayudas sino trabajar con todas las medidas de seguridad que nos marque Sanidad, como ya se hace en muchas provincias españolas menos en Asturias”. Los feriantes defenderán sus derechos los días 12 y 19 con sendas manifestaciones en Oviedo, a pie y en caravana de vehículos respectivamente.

Escaño ya sufrió el año pasado la cancelación de todos los espectáculos que tenía en agenda: fiestas de prao, verbenas, bodas… “Algunos dejaron contratado el espectáculo para este año, pero dudo que nos dejen arrancar próximamente. Si nos dejan empezar en fin de año yo, personalmente, me doy por satisfecha”, dice la vocalista, que a las restricciones actuales para hacer frente al nuevo coronavirus suma un segundo problema que va en contra de su sector: “Cuando esto empiece a levantar, que aún va a tardar, habrá ayuntamientos que organicen fiestas. Pero pequeños pueblos que organizan las romerías por aportación vecinal no podrán. Hay muchas personas sin trabajo, en situaciones difíciles, que no podrán colaborar”.

La cantante teme el día que expiren las ayudas, que en principio están vigentes hasta mayo. “Es poca cantidad. Lo que yo recibo ahora no tiene nada que ver con lo que ganaría trabajando, pero no tengo, por ejemplo, un camión orquesta que mantener. Hay compañeros que están en una situación muy delicada y creo que a nosotros todavía nos queda un año muy complicado”, recalca la líder de “Dúo Brass”.

Los feriantes, a la falta de trabajo a día de hoy en Asturias, suman otro contratiempo: el estado de conservación de las atracciones, muchas al agua y sin uso desde hace meses. “Ruedas, toldos.. En mi caso concreto, para comenzar tengo que hacer una reparación de unos 6.000 euros”, precisa al tiempo que descarta, por el momento, salir a trabajar fuera de la región: “Yo soy asturiano y me gustaría comer en Asturias”. Dice al respecto: “Avilés es un ayuntamiento que se preocupa por nosotros, pero tiene las manos atadas por el Principado cuando León, Galicia, el País Vasco, Sevilla, Madrid o Valencia abrieron sin problema y con estrictas medidas de seguridad”.

Otro feriante de Avilés coincide con Castro: “No tenemos ninguna esperanza en esta primavera, no por parte del Ayuntamiento de Avilés, que tiene buena disposición, sino por el Principado: somos la única comunidad en la que ha prohibido ejercer nuestra actividad”, reitera. Los titulares de las barracas prevén hacer sonar sus reivindicaciones al unísono el próximo día 12 en la capital asturiana.

Todos miran con escepticismo a esa “nueva normalidad” que se espera próxima. Músicos, técnicos de sonido, feriantes, proveedores de comida y bebida o carpas, vendedores ambulantes, buhoneros… Para todos ellos el próximo verano se presenta “a dos velas”. Sin trabajo, cero ingresos.

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