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La venta de Arside queda pendiente de que no incremente sus gastos diarios

Los administradores de la histórica auxiliar de Arcelor escuchan ofertas por el negocio

La venta de la compañía Arside Construcciones Metálicas, una de las auxiliares más antiguas de Arcelor (lo es desde mediados de los años setenta), está pendiente de que no se acumulen los gastos diarios, principalmente, por la caída de servicios. Y es que, cuando a mediados del pasado mes de marzo, el magistrado titular del Juzgado de lo Mercantil Número 3 de Gijón aprobó el concurso de acreedores de la empresa –en manos del conglomerado de empresas Melca, en liquidación desde 2016– existía un equilibrio entre los activos y los pasivos de la sociedad, es decir, entre los gastos y los cobros pendientes (alrededor de un millón en cada una de las columnas del libro de cuentas). El calendario ha avanzado y los pasivos han comenzado a crecer.

Pese a esta circunstancia, los administradores judiciales –Moore Stephen Fidelitas con la colaboración del despacho ovetense Gdp Concursal– han empezado a recibir ofertas por la unidad productiva, esto es, por el negocio. El hándicap de Arside, según ha podido saber este periódico, se encuentra en que la maquinaria que es de su propiedad “es obsoleta” y que está establecida en régimen de alquiler en dos naves industriales que son de una empresa del grupo Melca que es, a su vez, el propietario único de la empresa auxiliar.

Las ofertas las están recibiendo los administradores judiciales en la fase común del concurso, es decir, aún no se ha pasado a la de la redacción del convenio con los acreedores, ni tan siquiera a la liquidación de la sociedad. Los administradores tienen orden de convertir la unidad productiva en dinero para hacer frente a la deuda casi millonaria.

Arside Construcciones Mecánicas nació en 1974 de la mano de Miguel Honrubia para satisfacer la demanda de apoyo a las grandes industrias, entonces, Ensidesa; ahora, Arcelor. Se llamó entonces Talleres Honrubia. Fue José Luis García Arias, el fundador de Melca, el que cambió el nombre de la sociedad. Los liquidadores del grupo este pasado agosto comunicaron a los representantes sindicales que iban a cerrar la compañía o venderla.

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