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La flota del Cantábrico recala en Asturias atraída por la abundancia de bocarte grande

Los pescadores han pedido la veda entre Santander y Fuenterrabía y faenan en masa al sur del Cachucho para pescar piezas más valiosas

Cajas con bocartes en la lonja. Ángel González

Asturias está de enhorabuena con el bocarte, cuya costera transcurre marcada por la abundancia, la calidad y la regularidad de las capturas. Tanto es así que las flotas del País Vasco y Cantabria dedicadas a la pesca de bocarte, mucho mayores que la asturiana, han replegado velas en sus aguas provinciales para venir a faenar a las del Principado a la vista de que es el único lugar del Cantábrico donde hay probabilidad alta de llenar las redes con ejemplares de buen tamaño, los que más dinero reportan una vez puestos a la venta.

Un análisis ayer de tarde a la herramienta de seguimiento por satélite de los barcos de pesca ilustraba a la perfección el “efecto llamada” que ha generado la presencia en la costa asturiana de los mejores bancos de bocarte de todo el Cantábrico: 35 embarcaciones se hallaban atracadas o fondeadas en el muelle gijonés de Rendiello descargando bocarte o esperando para hacerlo, 32 más navegaban por el “pasillo marítimo” entre Gijón y la zona pesquera situada al sur de la reserva marina del Cachucho, bien de vuelta de la faena o de camino a ella; y 60 formaban una mancha compacta en el espacio comprendido entre las verticales de Ribadesella y Llanes, el área donde se localizan los grandes bancos de bocarte que explota las flotas vascas, cántabra y asturiana. En total, casi 130 barcos ocupados en la pesca del bocarte, y de ellos apenas seis asturianos; el resto, foráneos.

Con el foco puesto en Asturias, los pescadores cantábricos –entre ellos los asturianos– han pedido al Ministerio de Pesca la prohibición de pesca de bocarte en las aguas comprendidas entre Santander y Fuenterrabía (Vizcaya), habida cuenta de que el pequeño tamaño de las capturas en esa zona no compensa económicamente y, además, no sirve para abastecer a la industria conservera de la anchoa, que necesita piezas grandes por las que paga precios sustancialmente más altos.

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