La decisión final será política –compete al Ministerio de Justicia– , pero en medios jurídicos asturianos no albergan muchas dudas de que Avilés es la cabeza de partido judicial que tiene más papeletas para ganar un nuevo Juzgado –sería el octavo– en el reparto que tiene pendiente de aprobar el Gobierno. El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) –y en consecuencia la máxima autoridad judicial de la región–, Jesús Chamorro, apuntó ayer en una visita a la ciudad que los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción de Avilés “soportan un 180 por ciento por encima de la carga de trabajo establecida como óptima por el Consejo del Poder Judicial”, un hecho que según el magistrado evidencia la “más que importante” presión con la que trabajan los profesionales de los Juzgados comarcales.
De ahí que sobre la mesa esté la propuesta de crear un nuevo Juzgado de Primera Instancia e Instrucción en Avilés, una decisión que depende del Ministerio de Justicia, que se pronunciará antes de finales del mes de junio, cuando se anunciarán unas 40 nuevas salas en toda España. “Avilés tiene la mayor sobrecarga de trabajo judicial de Asturias y esto motivó que la Junta de gobierno del TSJA haya propuesto y recomendado la creación de un nuevo Juzgado mixto; confiamos, además, en que sea concedido porque hay razones objetivas para la toma de esa decisión”.
Organizativamente, la hipotética concesión a Avilés del octavo Juzgado depara diversas posibilidades organizativas de cara al reparto equitativo de tareas y al alivio de las salas que actualmente están más desbordadas. Jesús Chamorro admitió que con ocho Juzgados “se podría analizar si es factible la división de jurisdicciones, de modo que unos Juzgados (sugirió tres) se dediquen solo a labores de instrucción y otros (los cinco restantes) a tareas de primera instancia”, pero a renglón seguido expresó sus dudas de poder avanzar en ese modelo: “Va muy justo con ocho, si fuesen nueve Juzgados estaría más clara esa posibilidad”.
Del mismo modo, el presidente del TSJA dijo que ve “complicado” dedicar un solo Juzgado a violencia de género, pero sí que remarcó que de lograrse el deseado objetivo de ganar un Juzgado en Avilés “el reparto de tareas entre más salas facilitaría y aliviaría el trabajo de todas”.
Chamorro visitó la sede judicial avilesina con motivo del nombramiento de Joaquín Colubi como decano de los jueces y se reunió en la mañana de ayer con el plantel local de profesionales encargados de impartir justicia, a los que felicitó por su trabajo en tiempos difíciles –los tribunales no han sido ajenos a la epidemia de covid– y no siempre con todos los medios deseables a su alcance, especialmente los de tipo tecnológico.
En un aparte con los medios de comunicación, el magistrado presidente del TSJA adelantó algunos datos en materia de litigiosidad, centrados en el partido judicial de Avilés. El denominador común ha sido el descenso del número de casos tramitados, instruidos y enjuiciados durante 2020, si bien hay diferencias llamativas entre jurisdicciones: el descenso de la litigiosidad social es de solo un 4,3 por ciento y la derivada de la criminalidad (área penal), superior al 20 y al 30 por ciento, respectivamente, según se mire a la fase de instrucción o a la de enjuiciamiento.
Así, en materia de procesos civiles, durante el año marcado por la pandemia de coronavirus hubo un descenso de asuntos de un 8,3 por ciento, con 6.550 en 2019 frente a 6.006 de 2020. En cuando a asuntos penales en fase de instrucción, se registró una bajada del 21,2 por ciento, al pasar de 7.300 casos a 5.757 del pasado 2020.
Además, los asuntos penales de enjuiciamiento registraron una caída del 35,9 por ciento, al pasar de 577 a 370. Los asuntos de la jurisdicción social acusaron esa bajada en menor medida, en concreto un 4,3 por ciento (de 1.478 a 1414).
En consecuencia, se ha registrado un descenso generalizado de la litigiosidad, en línea con lo ocurrido en toda Asturias, y “no se han cumplido aquellas previsiones que se hacían desde algunas atalayas, en el sentido de que iba ver un aumento de casos”, destacó Chamorro.
Preguntado por su opinión sobre los vaivenes que afectan a la estabilidad laboral del equipo psicosocial de los Juzgados avilesinos, el presidente del TSJA demostró tener conocimiento de este problema arrastrado desde hace mucho tiempo, dijo sabe que existe una “petición reiterada” de que se solucione de una vez por todas la disponibilidad de personal y apuntó a que, dado que esta problemática “también es común con otras zonas de Asturias”, deberían buscarse alternativas de organización “que sean eficaces”. En concreto, Chamorro comentó a modo de ejemplo que podría ser tenido en cuenta la organización territorial de los equipos de Medicina Legal (forenses) “al modo de un pull”. Y ante todo, convino que, ciertamente, “es necesario mejorar en agilidad en la provisión de plazas e incrementar plantillas”.
El problema del equipo psicosocial de los Juzgados avilesinos, integrado por una psicóloga y una trabajadora social, es su incapacidad de hacer frente a todos los asuntos de familia que se le acumulan. Los retrasos en los informes han llegado a superar el año y medio, una situación que repercute negativamente en dictámenes de asuntos tan delicados como custodias en caso de divorcio o retiradas de patria potestad. El equipo psicosocial de Avilés asume igualmente, además de los propios, los casos de los partidos judiciales de Castropol, Pravia, Luarca y Grado.
Por su parte, el nuevo juez decano de Avilés, Joaquín Colubi, comentó al respecto de su nueva andadura que ha asumido el decanato “con la doble responsabilidad de los avances tecnológicos y la situación de pandemia, que ha alterado el funcionamiento ordinario de muchos años de la administración de Justicia”. Sobre la posibilidad de que la ciudad sea destinataria de un nuevo Juzgado, el decano dijo que sería “gratificante” porque “aliviaría bastante el trabajo y aceleraría los plazos de resolución de los procedimientos”, concluyó diciendo.
