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Una vuelta al globo sin salir del Carreño

El centro avilesino radiografía en una muestra la diversidad de los continentes ante la imposibilidad de viajar por la pandemia

Mercedes Ruisánchez, Marcos González y Cristina Rubio, en uno de los pasillos del Carreño Miranda.

Las restricciones sanitarias impiden la celebración de viajes y excursiones de los centros educativos. El IES Carreño Miranda sufre en silencio esa imposibilidad y ha suplido esa carencia con creatividad e imaginación para “traer el mundo al centro”. El céntrico instituto avilesino se deja llevar por “La vuelta al mundo en ochenta días”, que escribió Julio Verne, para dar un repaso general de los cinco continentes a través de diversos universos como la literatura, la lengua, la industria e incluso las matemáticas. Todo se ha adaptado al centro y todo porque ante tantos cierre perimetrales, los alumnos necesitan una vía de escape y viajar sin moverse en el colegio. “Nos llegaron a preguntar si íbamos, aunque fuera, al Gorfolí”, comentan varios docentes en corrillo. Y es que el Carreño es un instituto viajero. Sus planes educativos habituales suelen traer consigo experiencias en tres destinos al año, uno a Inglaterra, otro a Francia y el tercero, el viaje de estudios, ya casi tradicional, a Portugal. Pero eso era antes de la pandemia.

Una vuelta al globo sin salir del Carreño

La iniciativa ha involucrado a docentes y alumnos. Ana Expósito, que es profesora de inglés y hábil con las manualidades, ha construido una estructura que da la bienvenida a los alumnos. Es un libro abierto, “La vuelta al mundo en 80 días”, y en su interior un tren, un reloj y otros utensilios estratégicamente colocados hechos de plastilina, gomaeva, latas y hasta palillos. Todo va acompañado de una serie de carteles indicativos, uno por continente, que invitan a su vez a dar un paseo por el centro para conocer ese mundo que invade estos días las paredes del Carreño Miranda.

Una vuelta al globo sin salir del Carreño

“Cada pasillo es una zona geográfica”, explica Natalia Menéndez, directora del instituto, que ejerce de guía internacional por el centro. Antes de comenzar, cuenta que varios exalumnos como Roberto Álvarez y Julio Villa, han enviado varios vídeos desde Singapur y Manchester, que son los lugares en los que viven y trabajan, para sumar así al proyecto del Carreño más internacional.

Cristina Rubio y Marcos González, alumnos de 1.º de Bachillerato y en la asignatura de Literatura Universal que imparte Mercedes Ruisánchez, han seleccionado y conocido obras literarias de los cinco continentes. Rubio se decantó por “Viajes por mi tierra” de la portuguesa Almeida Garrett y González, “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez como parte de la creación sudamericana. Sobre una cartulina escriben sobre cada ejemplar detalles sobre el autor, el argumento de la obra y un pasaporte del país de origen. También hacen exposiciones orales en el aula. Y los alumnos que lo deseen pueden descargarse las obras a través de un código Qr. “Es una invitación a la lectura”, remarca Ruisánchez. “El año está siendo complejo, esperemos que el próximo año podamos salir”, destacan ambos alumnos.

Cada departamento del centro se ha implicado. Los de inglés analizan la figura de Shakespeare en una estructura en la que se pueden adivinar varios elementos de su obra como un frasco de veneno de “Romeo y Julieta”. Los docentes de Tecnología han implicado a sus alumnos en desarrollar un trabajo sobre los recursos madereros de varios continentes y los de Matemáticas han mostrado los diferentes sistemas de numeración como, por ejemplo, la maya a la hora de referirse al continente americano. Los ciclos formativos también se han metido de lleno en el proyecto con un panel que identifica a las minorías excluidas como pasiegos, vaqueiros, mercheros y maragatos.

Cada pasillo está identificado con un continente. En el de África, el alumnado ha trabajado la importancia del acceso a las nuevas tecnologías y ha comprobado la brecha digital existente entre el continente europeo y su vecino de abajo. “Los alumnos también han realizado una investigación sobre la etimología de los elementos de la tabla periódica”, indica la directora del centro, al tiempo que señala el panel que han realizado en las asignatura de Química.

Y es que el Carreño es mundial, y lo expresa también con la variedad de las canciones que suenan entre clase y clase. Hay canciones de origen polaco, australiano, estadounidense, de Brasil y de Níger y además, continúa Natalia Menéndez, los temas que suenan en los recreos son una canción de Pau Donés y “Jerusalema” “son fijos”.

Por si el viaje por el mundo sin salir del centro no fuera poco, la comunidad educativa tiene un extra que aún está preparando para las próximas semanas. La intención del Carreño Miranda es grabar un vídeo para mostrar la variedad lingüística del centro, no solo por las asignaturas impartidas (castellano, asturiano, inglés, francés, latín y griego) sino también los idiomas de origen del alumnado. “La intención es editar un vídeo de lecturas con fragmentos literarios, pero será más adelante”, concluyó Natalia Menéndez, orgullosa de la creatividad de un centro que ya que no puede salir a descubrir mundo, se lo ha llevado a casa.

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