La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El virus desata la fiebre por las piscinas en Asturias: “Casi ni hay en las fábricas”

La crisis sanitaria aviva la construcción y colocación de vasos en fincas particulares de la comarca en el último año

Un chalé con piscina en Castrillón

La pandemia ha alterado no pocos planes y ha generado nuevos hábitos de vida y también aunque suene paradójico, está ayudando a dinamizar ciertos sectores económicos. El incremento de las ventas de pisos amplios, con terrazas e incluso la búsqueda y compra de casas en el medio rural ha aumentado considerablemente en algo más de un año de crisis sanitaria. Ese cambio de domicilio ha ayudado a aumentar la población en los municipios rurales o a paliar su particular crisis demográfica. Los cierres perimetrales y la preocupación por posibles futuros contagios ha animado a algunos asturianos a ahorrar más y destinar, por ejemplo, el dinero reservado para viajes durante las vacaciones estivales a otras cuestiones más relacionadas con acondicionar sus propiedades, como el adecentamiento de las zonas ajardinadas, en el caso de que tengan un terreno, y también a la instalación de piscinas privadas. Y es que el sector que se dedica a la colocación de piscinas está comprobando de primera mano un aumento de su cuenta de resultados. Dos de las empresas dedicadas a esta labor en la comarca avilesina lo confirman el nuevo boom. También aclaran que “las piscinas son entendidas como un artículo de lujo”.

“Antes instalábamos tres o cuatro piscinas al año, desde que comenzó la pandemia, el número está en una al mes o cada dos meses, hay mucho más interés, cada vez más”, afirma José Antonio Carvalho, que regenta una empresa avilesina que construye chalets y edificios y tiene la instalación de piscinas “como un complemento” más, eso sí, este año la cifra de nuevos vasos está siendo “importante y debido a la pandemia”. Otro conocedor del negocio, Toño Luis es claro cuando habla del “boom” de las piscinas para particulares en la región. “Ahora casi ni hay en las fábricas para pedirlas”, apunta Luis, que percibe como el incremento de ventas está en el 60 y el 70 por ciento en comparación con otros años. “La diferencia es considerable, hay mucha demanda y trabajamos todo el año”, destacó el industrial corverano, que percibe que “de no salir, hay muchas personas que tienen dinero ahorrado y prefieren invertirlo de esa manera”.

Las piscinas no son “asequibles”. Una piscina, de las más básicas y pequeñas, cuesta algo más de 10.000 euros. “Y sin extras”, defiende Carvalho. La decisión de instalar una piscina en un terreno, comentan ambos empresarios, es “meditada”.

Eso sí, la pandemia ha aligerado el interés porque, entre otras razones, explica Toño Luis: “Llevamos dos años sin salir de casa y la gente quiere adecentar sus terrenos, sus jardines y todo”.

Muchos de sus clientes piensan, continúa el empresario corverano, en instalar una piscina para sus descendientes. “Si son jóvenes, piensan en construir una para sus hijos, y si son algo más mayores, lo piensan para el disfrute de sus nietos”, remarca Toño Luis. “Un vaso con unas dimensiones de 7 por 3,50 metros puede costar unos 14.000 euros, de esa cifra los precios van para arriba”, añade. Incluso hasta más de 60.000 euros.

Las piscinas solicitadas pueden ser construidas por albañiles o son vasos hechos, principalmente, de fibra; estas últimas suelen las más requeridas por la solidez y la rapidez de la instalación. “Se hace la base y el molde es de fibra”, explica Carvalho, que relaciona directamente el auge de las piscinas con la situación sanitaria. “A todo el mundo le gusta estar en familia y poder bañarte en una piscina cuando hace buen tiempo, con esta situación en la que apenas se puede salir, pues las familias optan por habilitar un espacio para instalar un vaso”, señala el empresario avilesino.

La mayoría de las familias interesadas en pegarse un chapuzón en su terreno ya lo tenían adquirido previamente, es decir, no pertenecen a ese nuevo grupo de vecinos de la zona rural. “Ahora mismo estamos instalando una en la urbanización de Peroño en Luanco”, destaca el empresario corverano.

La fiebre por la construcción de piscinas también es compartida en otros puntos del país. Es más, hay firmas que tienen una lista de espera de un año y, por lo tanto, no podrán habilitar la nueva zona de recreo durante el próximo verano. El incremento en la construcción de piscinas crece aún más en las comunidades autónomas del interior. así Castilla La Mancha, Castilla-León y Extremadura son las que más solicitudes han realizado en el último año y a la zaga le siguen otras comunidades con costa como Andalucía, Comunidad Valenciana y Murcia.

La comarca de Avilés no es ajena a esta “moda” y, sobre todo, en los concejos del entorno de la Villa del Adelantado ha crecido el interés por pegarse un chapuzón en un vaso privado antes que compartir espacios en una playa y todo por los posibles miedos a futuros contagios. “La gente, nuestros clientes, prefieren estar en su hábitat, con sus familias”, destacan los empresarios que se dedican a las construcción de piscinas, que están haciendo su particular agosto.

Compartir el artículo

stats