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El PSOE negocia las condiciones de las tarimas de las terrazas con los hosteleros

“Hemos optado por las decisiones que más facilidades han proporcionado al sector”, se defiende el gobierno por la nueva normativa

Ambiente, ayer, en una terraza de hostelería del casco histórico de Avilés. | Mara Villamuza

El Ayuntamiento avilesino negociará de forma individual con los hosteleros las condiciones estéticas que han de cumplir las terrazas y también las tarimas, en el caso de aquellos negocios que tengan que instalarlas porque ocupan plazas de aparcamiento. La nueva ordenanza de terrazas, que entra en vigor mañana, señala en su articulado que las condiciones técnicas y estéticas de la plataforma y su elemento de protección quedarán definidas mediante un decreto de Alcaldía “al tratarse de cuestiones técnicas e instrumentales”. La normativa entra en vigor sin que haya visto la luz ese decreto. Desde el gobierno avilesino argumentan que “el Ayuntamiento podría haber aprobado un decreto rígido y sin diálogo previo e individualizado con cada negocio y sus circunstancias”, pero ha decidido optar por esta última vía “para proponer soluciones reales y ejecutables”.

“El Ayuntamiento esperará a conocer las propuestas trasladadas por los diferentes establecimientos a través de sus solicitudes para regularlas. Ya hay algunos que están trabajando con los servicios técnicos para ver qué soluciones son técnica y económicamente viables para ellos, precisamente para no decidir unilateralmente y por decreto sin tener en cuenta sus posibilidades”, explicaron fuentes municipales.

La plataforma electrónica municipal va recibiendo estos días un goteo de solicitudes de nuevas licencias de terrazas. Todos aquellos negocios cuyos permisos sean previos a la declaración del estado de alarma, tienen que renovarlos para adaptarse a la nueva ordenanza, que se aprobó el pasado febrero y cuya aplicación retrasó el Ayuntamiento precisamente hasta el fin de esta situación de excepcionalidad, “atendiendo a las peticiones del sector y en apoyo del mismo”.

Los socialistas son conscientes de que la tramitación no es automática y reconocen que no hay un plazo establecido para culminar el proceso de regularización, de ahí que permitan a los negocios utilizar las terrazas siempre y cuando hayan cursado la solicitud para iniciar el trámite y solo utilicen el espacio delimitado por las marcas rojas pintadas por los servicios técnicos tras la aprobación del decreto del 10 de mayo de 2020. El cambio fundamental respecto a la ordenanza del 2013 es que la separación mínima de las fachadas pasa de 1,50 a 1,80 metros para facilitar la movilidad. En consecuencia, los establecimientos que no respeten esta separación mínima de 1,80 metros podrán ser sancionados (de la misma manera que quienes no respetaban anteriormente los 1,50 metros).

En cuanto a las plataformas y a las condiciones estéticas, más allá de la negociación particular, la ordenanza recoge unos requisitos básicos. Las terrazas ubicadas en líneas de aparcamiento deberán situarse sobre una plataforma que coloque la terraza al nivel de la acera . Esta tendrá que ser estable –aunque también deberá poder retirarse para tener acceso a arquetas o servicios que puedan ubicarse bajo ella– y deberá permitir el paso de las aguas de escorrentía hacia el bordillo. La plataforma deberá ocupar el ancho del aparcamiento, menos 50 centímetros, y en el borde hacia la calzada deberá contar con una protección frente a los vehículos (de 1,10 metros de altura).

“El Ayuntamiento ha optado desde el primer momento por aquellas decisiones que más facilidades han proporcionado al sector”, se defendió el gobierno de aquellas voces que critican que la nueva normativa entre en vigor en plena crisis.

Desde el gobierno local recuerdan que no se ha aplicado la ordenanza desde el 18 de febrero, pese a que ésta fue su fecha de entrada en vigor, “conscientes de la necesidad de dar un plazo a los establecimientos para conocer el contenido de la norma”.

“Este plazo, que se fijó en la finalización del estado de alarma, ha sido finalmente de casi tres meses. Un periodo en el que, tanto los responsables de los negocios como las entidades del sector han tenido al Ayuntamiento a su completa disposición para aclarar cualquier duda respecto a la nueva ordenanza. Y no se han establecido condiciones rígidas para el diseño de las plataformas sobre zonas de aparcamiento, pese a que podría haberse hecho, optando por escuchar primero lo que cada negocio puede proponer”, explicaron las mismas fuentes.

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