El 20% del empleo que generan las empresas tecnológicas asturianas se concentra en Avilés. El sector está formado por unos 8.000 trabajadores y supone alrededor del 4% del Producto Interior Bruto Regional (PIB) y el 2% del empleo asturiano. Según las cifras que maneja el Cluster TIC (la asociación que reúne a las empresas del sector de la región), más de 1.500 puestos corresponden a compañías asentadas en Avilés. El “buque insignia, sin lugar a dudas”, subrayan desde la asociación empresarial, es la multinacional DXC Technology, asentada en el Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA), que ya ha alcanzado los 1.100 trabajadores.
Las compañías que mayor volumen de puestos de trabajo aportan, además de DXC, son Satec, Babel (la antigua Software AG) y Konecta (el Cluster incluye en el sector los “call center” o centros de llamadas). Multinacionales aparte, conforman la red TIC avilesina pequeñas y medianas empresas, como Quantobit o Proun, y también micropymes, como Girol Consulting, asentada desde hace pocos meses en La Curtidora.
Para el Cluster, son empresas 100% tecnológicas aquellas que se dedican exclusivamente a las Tecnologías de la Información y de la Comunicación. No están incluidos en estos 1.500 empleos los que generan otro tipo de centros de trabajo y de negocio vinculados a las tecnologías, como por ejemplo las tiendas de informática, los departamentos de ingeniería de las empresas, como los del sector metal, o los centros de investigación, ya sean públicos o privados.
“La tecnología es tan transversal que ahora está presente prácticamente en cualquier actividad. Realmente hay un macrosector TIC si englobamos los centros tecnológicos y tampoco estamos contabilizando una parte que no es menor, como son las tiendas informáticas”, explica el director general del Cluster TIC Asturias, Enrique Jáimez Falagán.
Desde la asociación empresarial destacan lo que representa Avilés para el conjunto del sector en la región. “Es muy significativo el peso que Avilés tiene y el que tiene que seguir teniendo, además, para la transformación digital de toda la industria de la comarca. Todos estos fondos que vienen ahora de la Unión Europea para ayudar a recuperarnos de la crisis, los Next Generation, tienen detrás la palabra digitalización. Hay que digitalizar la industria para que sea competitiva. Me refiero a la automatización de los procesos, a la gestión empresarial, a la logística. Asturias se está digitalizando a varias velocidades. La gran industria está más concienciada, va a una velocidad mayor, pero aún hay conjunto importante de empresas que aún lo tienen pendiente. Habrá un plan específico para la digitalización de las pymes con esos fondos”, ahondó Jáimez Falagán.
Desde el Cluster TIC Asturias inciden en que las empresas tecnológicas asturianas han sido prácticamente inmunes a la crisis provocada por el covid-19. Y es que las cifran cantan, argumentan desde la asociación: “Casi el cinco por ciento del empleo que se creó en Asturias el año pasado procede del sector TIC. El porcentaje fue exactamente del 4,4%, cuando en España fue del 2,2%. Además, es un sector con apenas paro en Asturias, tan solo del 3,4%”. Es decir, se acerca al pleno empleo. De ahí que desde el Cluster animen a los jóvenes asturianos, y a quienes ya son adultos y están reenfocando su vida laboral, a mirar hacia este sector en crecimiento. “Pueden encontrar empleo con una formación en un periodo razonable. Las nuevas tecnologías tienen protagonismo en todos los ámbitos de la vida. También puede ser un buen nicho de empleo para quien esté pensando en reorientar la carrera profesional a otros sectores, como el personal de la banca”, añade Enrique Jáimez.
Del polo tecnológico avilesino se comenzó a hablar hace casi tres lustros. Fue en enero de 2007 cuando trascendió que el Gobierno regional e Infoinvest (la actual sociedad estatal Sepides) estaban negociando al menos con tres multinacionales relacionadas con las tecnologías de la información y la comunicación su implantación en Avilés. El Principado, entonces con Vicente Álvarez Areces al frente, quería convertir parte del parque empresarial de la ría en un polo tecnológico de referencia internacional.
No tardó en estallar la crisis financiera y se ralentizó el salto de las empresas TIC a ese polo tecnológico, el actual Parque Científico Tecnológico Isla de la Innovación. La sociedad estatal construyó tres edificios de oficinas en el PEPA (uno de ellos ocupado por DXC y otros gemelos, aún sin completar y con Babel como inquilino). Konecta se quedó finalmente en unos bajos de Camino de Heros y Satec sigue en el centro de empresas La Curtidora, en el que aterrizó en 2007.
Emprendedores
No han desembarcado desde aquellos años grandes empresas tecnológicas en Avilés, pero ha ido surgiendo una red de pymes y micropymes del sector. Una de las más jóvenes es Girol Consulting, impulsada por el informático Daniel Álvarez, exfutbolista avilesino que jugó de medio centro en El Navarro, el Candás y el Praviano. Comenzó a programar hace 16 años, cuanto tan solo tenía 15, y tras participar en la creación de cuatro empresas, hace dos años decidió poner en mancha la suya y en solitario. Comenzó desde casa, después dio el salto a una oficina en la calle Uría ovetense, y con el estallido de la pandemia se asentó en La Curtidora, hace cinco meses.
La suya es una consultoría tecnológica con desarrollos propios, desde webs a intranets, pasando por la venta online y las aplicaciones. “Tan solo llevamos dos años y nuestro crecimiento es del 70%. Se disparó sobre todo con la pandemia. En el primer trimestre de este año, la facturación si disparó un 80%. Somos especialistas, conocemos 16 lenguajes de programación”, explica este emprendedor avilesino.
Entre sus clientes se encuentran ayuntamientos como el de La Coruña o Valencia (son los encargados del mantenimiento de sus webs), compañías como The Steel Printers (gestionan su intranet) o Renfe (trabajan en un desarrollo para la venta de billetes con un asistente virtual de la mano de otra compañía (Arppa Logic). Conforman en la actualidad Girol cinco trabajadores (tres en La Curtidora y dos en Barcelona). Daniel Álvarez no tiene más que piropos para el vivero público y quienes lo gestionan. “No hay un centro de empresas en Asturias como este, te ayudan en todo. Ojalá fuese posible quedarse aquí más de cinco años”, concluyó uno de los jóvenes empresarios del sector TIC asturiano.
