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La tela de araña de Alu Ibérica

La Audiencia Nacional busca explicar el origen del dinero que usó Riesgo para comprar las plantas a Parter, que un mes antes de cerrar la operación con Alcoa no tenía efectivo para llevarla a cabo

Instalaciones de Alu ibérica durante el registro policial de marzo. R. Solís

La propiedad de las fábricas de aluminio de Avilés y de La Coruña está tan diluida como la sal de fruta después de una mala digestión. Esto, desentrañar la tela de araña de la crisis del aluminio, es lo que está haciendo la magistrada María Tardón, la titular del Juzgado Central Número 3 de la Audiencia Nacional. Y lo está haciendo a instancias de los sindicatos, porque los responsables políticos se han mantenido en el tendido esperando que la corrida concluyera con el toro arrastrado en la arena. Así lo sienten los trabajadores que están sufriendo, sobremanera, desde la irrupción de la entidad comercial Grupo Industrial Riesgo en la tragedia que está desarrollando a cuenta de más de medio millar de familias dedicadas a la fabricación de aluminio y a cuenta de la más que posible desaparición del sector aluminero de España.

Alu Ibérica.

Lo fácil sería decir que este nombre es por el que responde la empresa aluminera heredera de Alcoa Inespal, la fábrica de aluminio de San Balandrán, en Avilés, y de A Grela, en La Coruña. Sin embargo, la cosa es más complicada. Alcoa España comenzó a liar la madeja en 2013. Había adquirido al Estado en 1997 la empresa pública Inespal. Esta compañía tenía varias fábricas distribuidas por todo el país. Hace ocho años, cuando José Ramón Camino presidía Alcoa España, decide reorganizar su negocio creando Alcoa Inespal Avilés y Alcoa Inespal La Coruña. Estas dos empresas cambiaron de nombre a Alu Ibérica AVL y Alu Ibérica LC, respectivamente, cuando se produjo la compraventa –ahora en investigación– de las plantas el 31 de julio de 2019, es decir, cuando Alcoa España transfirió las fábricas al fondo suizo Parter Capital Group. Aunque, en realidad, no fue directamente a este fondo.

Blue Motion Technologies Holding.

“Parter Capital Group se ve a sí mismo como un socio activo que aporta la mejor contribución posible al desarrollo de la empresa”. Esto es lo que dicen en su página web los responsables del fondo suizo que ganó el “cásting” que organizó la multinacional Alcoa en el primer semestre del año 2019. Sin embargo, el contrato de venta (por un dólar americano o 0,85 euros) se celebró entre Alcoa Inc. –es decir, la matriz de Alcoa España– y la empresa Blue Motion Technologies Holding, que según señala el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme) comenzó a operar el 25 de julio de 2019, es decir, unos días antes de firmar el contrato de compraventa. El que firmó de hecho fue Joachim Magin, uno de los ejecutivos de Parter, uno de los jefes de la aluminera entre agosto de 2019 y abril de 2020, aunque, en realidad, quien dirigía las fábricas era Gunter Leo Goldhammer. Los dos, están por debajo de Rüdiger Terhost, que es el socio director de Parter Capital, el señor de pelo blanco de las reuniones en el Ministerio de Industria.

La tela de araña de Alu Ibérica

Alu Holding.

Para complicar la cosa todavía más los hombres de Parter Capital crearon dos sociedades dedicadas a la tenencia de acciones, o sea, dos sociedades pantalla destinadas a aligerar más aún las responsabilidades. Las llamaron Alu Holding Avl 2019 Spain y Alu Holding AC Spain. Las dos son del 28 de junio de 2019, es decir, dos días antes de que acabara el primer plazo de compraventa (se alargó luego un mes más para que Parter encontrara el crédito de 25 millones de euros que le reclamaba Alcoa). Este crédito finalmente salió y así una empresa de 3.000 euros pudo hacerse con unas fábricas valoradas en 22,5 millones de euros (es el valor que sale en el contrato de compraventa).Ese aval reclamado –su procedencia está en el punto de mira de la jueza Tardón– sobrepasó enormemente el precio final que abonó Parter por las plantas: el dólar americano antes mencionado.

Grupo Industrial Riesgo.

No existe en el Registro Mercantil. Sí existe la empresa PM MR1866, que actúa como matriz responsable de las fábricas. Lo singular es que PM MR 1866 es otra empresa con un capital social de 3.000 euros que se dedica, según la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) al comercio al por mayor de productos químicos, o sea, de droguería. Aquí figura Víctor Rubén Domenech como socio único, al menos, desde el 9 de mayo de 2019. El administrador de esta sociedad es Luis Losada Gómez, al menos, así fue desde el 21 de mayo de aquel mismo año. Tanto Losada como Domenech (que también responde por David) fueron detenidos en la operación policial del 4 de marzo, cuando estalló la investigación de la Audiencia Nacional.

System Capital Management.

Esta empresa es la que utilizó Domenech para hacerse con las dos “Alu Ibéricas”. La empresa, de 3.000 euros el día de su creación, es la que pagó 13 millones, dice la jueza Tardón, por las fábricas. ¿Cómo? Eso también forma parte del procemiento. Nació en enero de 2020. En abril de 2020 fue cuando Domenech apareció en una reunión telemática diciendo que había adquirido tres cuartas partes de cada una de las fábricas. El que figura como administrador es, de nuevo, Luis Losada Gómez. Se da la circunstancia de que existe también una empresa “hermana”: System Management Capital. En menos de un año cambió de nombre (ahora se llamaba Iberian Green Aluminum Company) y también de actividad económica: de vender bebida a vender aluminio.

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