El “Bye, bye, Ciudadanos” que formuló el otro día su antiguo coordinador en Avilés en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA viene con celebración entre la militancia del partido naranja. Lo dicen con claridad: “Es una oportunidad para reactivar la organización”. Y es que, lamentan, estaba en “stand by” desde hace “más de un año”, el tiempo que hacía que José María Roces asumió la coordinación (fue en julio de 2019) en sustitución de Javier Vidal, que pasó de controlar el partido a controlar el grupo municipal. Así que ahora Ciudadanos Avilés anda sin dirección. Desde Oviedo aguardan que se presente una candidatura que coja las riendas y si no, caerá en la agrupación una comisión gestora que deberá encargarse de “reactivar” la organización.
Porque lo que sucede en el partido en Avilés, apuntan, no tiene que ver con las heridas abiertas y sin restañar que se observan en el partido a nivel nacional (la cascada de deserciones, evoluciones y abandonos de la política; el último, ayer mismo: Ignacio Aguado, el exvicepresidente de Madrid al que su partido no le dejó revalidar el puesto en las últimas elecciones regionales).
La necesidad de “reactivar” la organización “es crucial”, dicen. Y ponen dos ejemplos principales. Este pasado octubre, el partido decidió cesar a Carmen Pérez Soberón como portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Avilés (habiendo sido ella la cabeza de cartel en las municipales) y, sin embargo, “nadie explicó” esta decisión a los militantes: supieron de ella, “por la prensa”.
Sucedió igual con los presupuestos municipales (este mes de febrero). Los logros alcanzados por el grupo municipal que preside Vidal tampoco “se explicaron a los militantes nunca”. Entre estos están el aumento de las ayudas a la propiedad de vivienda para el pago de gastos fijos, el aumento en 150.000 euros de la partida para un programa de formación con compromiso de contratación en la hostelería, la dotación de medidores de CO2 para los centros educativos y la instalación de un área infantil en el parque de Cabruñana.
Pero el memorial de agravios contra Roces (y que esperan que cambie con la llegada de la nueva dirección: sea gestora o no) va también por la ausencia de iniciativas locales en la Junta General. Es decir, que la agrupación local “no presentó ninguna propuesta” referida a Avilés para que la defendiera el grupo parlamentario. Roces, sin embargo, señaló en la entrevista que hizo con este periódico: “Todas las preguntas que hacíamos quedaban en el vacío, sin respuesta, teníamos que buscarnos la vida… Avilés era como una burbuja, siempre solos. Y esto nos ha ido minando hasta tal punto de que nos hemos ido: ninguno de los que nos hemos salido vivimos de la política, así que adiós y carretera. No tenemos por qué aguantar estas cosas”.
Es cierto que Roces reprochó a Ciudadanos que se hubiera opuesto (fue, de hecho, el único “no”) la semana pasada a la proposición no de ley que presentó el Bloque Nacionalista Galego sobre la necesidad de que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) interviniese en las plantas de Alu Ibérica. “Hacen lo que les da la gana sin contar con nadie”.
Entre los militantes que ven en la marcha de Roces “una esperanza de futuro” cae mal también que el coordinador del partido en Avilés no resida en el municipio. Y cae mal porque “da la sensación de que tiene la política como un entretenimiento”. Roces lamentó en la misma entrevista: “Yo quería cambiar Avilés. Y hay que hacer locuras para cambiar Avilés: Avilés está envejecida, está triste...”. La militancia le dio más de un año para lograrlo, pero el resultado no fue el esperado.
