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Despiden a una cajera de un súper por regalar comida a un indigente

La trabajadora, con catorce años de antigüedad en la empresa, ve en el cese “un ajuste de cuentas” tras pedir una baja médica

Mónica Vega R. Solís

La dirección de una cadena de supermercados decidió despedir a Mónica Vega, una cajera con 14 años de antigüedad, en la empresa por regalar comida a un necesitado que acostumbra a pedir en la puerta de la tienda en la que trabajaba desde 2012. Sin embargo, la cajera, representada por el laboralista avilesino Marco Antonio Iglesias, cree que la causa de su despido es “un ajuste de cuentas” de la empresa contra ella. Y es que, señala en la demanda interpuesta contra su compañía, “al día siguiente” de haber comunicado al coordinador de su centro que “había sido incluida en la lista de espera quirúrgica para ser intervenida en la mano derecha afectada por rizartrosis (síndrome del túnel carpiano)” fue citada en las oficinas “para notificarle su despido”.

La trabajadora niega los hechos (regalar comida al pobre que pide en la puerta ocultando productos a la hora de que este los pasara por la cinta de la caja) y el laboralista Marco Antonio Iglesias comenta en el escrito de impugnación del despido: “Aun en el hipotético caso de ser tal como se explicita en la demanda, adolecerían de la voluntariedad precisa y en modo alguno revisten la gravedad mínima y necesaria para justificar la ruptura del nexo contractual, imponiendo a la conciliante, de forma desproporcionada, el máximo castigo”.

Sin embargo, la empresa señala en su carta de despido que el coordinador de su tienda y “varios compañeros de trabajo” de la cajera despedida “tenían sospechas” de que estaba regalando “productos a un hombre que pedía a la entrada de la tienda”. Esta sospecha se elevó al departamento de Recursos Humanos que, según reconoce en la carta de despido de Mónica Vega, se dispuso a averiguar “la veracidad de las sospechas denunciadas”. En consecuencia, inició “una investigación” a cuyo término la empresa constató que la trabajadora con 14 años de antigüedad en la cadena había eludido cobrar al indigente algunos productos que este había puesto en la caja. Concretamente, la empresa dice que tiene pruebas de ello en cuatro ocasiones, todas ellas con un mes de antelación a que la cajera comunicase a su coordinador que iba a ser operada del túnel carpiano. Lo que el súper no cobró fue, entre otras cosas, laurel, especias y un zumo.

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