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El cisma de la xarda: Noruega se la apropia

El país escandinavo, quejoso con el brexit, se autoasigna más de un tercio del cupo europeo y la patronal urge “sanciones inmediatas”

Xarda recién pescada a bordo de una lancha asturiana. | Ángel González

Era una bomba de relojería y finalmente ha explotado. La relación pesquera entre la Unión Europea y Noruega, que pese a las tiranteces anuales se iba manteniendo, ha saltado por los aires. El país nórdico se ha autoasignado una cuota de xarda (caballa) de 298.299 toneladas para este año, lo que supone apropiarse de un 35% del total disponible e incrementar un 55% sus posibilidades de captura. Lo hace, alegan, “en vistas de la falta de acuerdo con el bloque comunitario, Islas Feroe y el nuevo país que desde finales del año pasado forma parte de la ecuación: Reino Unido”. Para poner en valor lo que supone el cupo que se autoadjudica Noruega, baste decir que España dispuso en 2020 (último año antes del brexit) de una cuota de xarda de 34.708 toneladas que fue repartida entre las flotas de las comunidades del Cantábrico y Noroeste.

Pese a que la lejanía de Noruega podría hacer pensar que la problemática de la xarda en esas aguas nórdicas no incumbe a los pescadores asturianos, lo cierto es que sí podría acarrear consecuencias. Esto es así porque si Noruega consolida su pretensión acaparadora, Europa dispondría de menos toneladas que repartir cuando se diluciden los cupos de 2022, y a menor tarta, lógicamente, menores trozos para cada país, entre ellos España y, por ende, cada provincia con fachada al Cantábrico.

Conocedor de la maniobra de los noruegos, el sector pesquero español ha puesto el grito en el cielo y urge medidas. “Lo de la caballa atenta contra la sostenibilidad del stock y contra eso solo se puede tomar medidas sancionadoras”, reclama el director general de la patronal pesquera europea, Europêche, el vigués Daniel Voces, que recuerda que lo que suceda en este punto de las conversaciones entre todas las partes “va a ser definitivo”.

La xarda es una especie que se extiende desde el norte del Atlántico hasta el sur europeo, por lo que afecta a distintos estados costeros. Desde 2014 la UE, Noruega y Feroe negocian cada año la cuota total a repartir entre las tres partes (Islandia, Rusia y Groenlandia van por libre). La situación cambió radicalmente con la incorporación de otro país tras la desconexión de Reino Unido del bloque comunitario. “Noruega está cambiando su actitud hacia la UE desde entonces. Es claramente un efecto colateral del brexit”, explica Voces.

Pese a que el ministro noruego de Pesca afirma que su Gobierno continúa “trabajando por un acuerdo que abarque a todos los estados costeros”, lo cierto es que Noruega se ha adueñado de un 35% del total admisible de capturas (TAC) de la especie, que para España estaba prevista en 28.400 toneladas para este año.

El movimiento de Noruega no es nuevo. A finales del pasado año decidió, también unilateralmente, apoderarse de parte de la cuota de bacalao de la zona de Svalbard asignada a la UE para su propio beneficio, quitándole 10.500 toneladas a los Estados miembro de las 28.431 iniciales.

La situación con el bacalao ya estaba tensa, pero la apropiación de la xarda ha acabado por agotar la paciencia de los pescadores europeos. “Europa debe reaccionar dificultando la importación de productos pesqueros noruegos con aranceles o quitando a ese país los privilegios aduaneros que tienen”, avisa Voces, que pide “una señal muy fuerte” a la UE. “Lo que pedimos es una reacción clara”, insiste el responsable de Europêche.

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