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La Noche Blanca se reinventa para que los artistas resurjan tras un año “en blanco”

Avilés da un ejemplo de creatividad para evitar los contagios de covid: se usarán balcones para espectáculos y escaparates de comercios cerrados

Un grafitero ultima un mural. Abajo, orquesta Céltica Asturiana. A la derecha, un hombre mira las pinturas de la iglesia de Llaranes.

La directora de la Factoría Cultural, Anabel Barrio, resume con un acertado juego de palabras la filosofía que inspira la edición del Noche Blanca de Avilés presentada ayer en el ayuntamiento y a celebrar el próximo día 11: “El año 2020, debido al covid, pasó en blanco para los artistas, la Noche Blanca aspira a ser una plataforma que les ayude a resurgir”. Para hacer posible de nuevo el contacto entre los artistas y el gran público –esa es la esencia de la Noche Blanca–, los organizadores han tenido que estrujarse los sesos porque si bien el curso de la pandemia de coronavirus ha permitido relajar ciertas restricciones sanitarias, no se puede bajar la guardia.

Y, una vez más, la proverbial creatividad avilesina para hacer de la necesidad virtud ha funcionado: se usarán balcones como improvisados escenarios para espectáculos, escaparates de comercios cerrados harán las veces de ventanas a la creación artística y donde se programen actividades de calle, habrá cordones de seguridad y aforos restringidos... Se trata de demostrar que la cultura es segura.

Esther Cuesta.

La concejala de Cultura, Yolanda Alonso, dejó el protagonismo en la presentación del programa de la Noche Blanca a cuatro de las personas que han trabajado para hacerla posible. “Es encomiable el alto grado de participación que hemos hallado y la disposición a colaborar de entidades y personas a título individual”, agradeció la edil. Esas personas son Federico Granell, autor del cartel de la cita cultural, inspirado en la imagen de un niño que tiene ante sí una maqueta de Avilés con la que se dispone a jugar; Anabel Barrio y los galeristas Emilio Suárez y Angélica García, fieles escuderos de la Noche Blanca desde su orígenes.

Una exhibición de rakú. Francisco L. JIMÉNEZ

El contenido del programa que sirve para reanudar la actividad de la Noche Blanca tras el parón de 2020 está compuesto por 29 propuestas, algunas de rabiosa novedad como la música en los balcones o la exhibición de creaciones artísticas en escaparates de comercios cerrados.

En ambos casos se utilizan las posibilidades que da el casco urbano para generar barreras que si bien no impiden la expresión artística, sí que garantizan la distancia conveniente para evitar disgustos con el covid: en los balcones, por su altura; en los escaparates, por la existencia de una lámina de vidrio.

Natalia Menéndez.

Los horarios de las actividades abarcan desde las 18.00 horas a las 22.30 y el maratón cultural se solapará, además, con la primera jornada del Festival de Arte Urbano, que durará hasta el día 20.

La Noche Blanca se reinventa para que los artistas resurjan tras un año “en blanco”

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