El Ministerio de Defensa ha completado del trámite de subasta, por algo más de 200.000 euros, del edificio de la antigua Ayudantía Militar de Marina de Avilés (organismo ya desaparecido), un inmueble en desuso ubicado en la avenida Conde de Guadalhorce que presenta un alto nivel de deterioro, como se reconocía hace ya tiempo en los informes al respecto de este inmueble del Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa. La empresa avilesina Digitec, con presencia en Asturias, Galicia y León, se ha hecho con el inmueble. Por el momento no se han concretado los usos a los que se destinará. Una de las posibilidades que barajan sus responsables es convertir el inmueble en sede de una de las sociedades de las seis sociedades que conforman el grupo empresarial.
La finca donde se levanta la vieja sede de la Ayudantía Militar de Marina suma una superficie de 1.642,97 metros cuadrados. El precio de licitación en primera subasta era de 225.102,08 euros y, si esta quedara desierta, era 202.591,87 euros. Digitec ofreció 202.600 euros “pensando en que no acudiera nadie más” a la puja. Y así se logró. “Teníamos claro que lo queríamos comprar, pero a un precio razonable”, subrayaron los responsables de la propiedad.
El grupo empresarial en el que se integra Digitec suma 160 trabajadores entre Asturias, Galicia y Castilla y León. La ubicación fue uno de los motivos que convenció a los responsables de la compañía para presentarse a la subasta. “Tiene buenas comunicaciones y las vistas coinciden todavía con el paseo marítimo”, abundaron desde la compañía fundada por Daniel González. Ahora será necesario abordar una rehabilitación integral del inmueble. Será, dicen, “sin prisa” porque el edificio se encuentra tapiado “ y no corre peligro de ocupación”.
Primera subasta
En el año 2017 la primera subasta del edificio quedó desierta, por eso en este último procedimiento se rebajaron los precios de salida sobre los que podían pujar los posibles interesados. La cifra que se estableció para la primera licitación fue de 370.000 euros. Después se rebajó, en sucesivas tandas, a 300.000 y 270.000 euros, respectivamente, pero tampoco hubo respuesta favorable. El nuevo propietario deberá afrontar una rehabilitación integral.
