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Idonial estudia cómo obtener hidrógeno verde para su uso como combustible

El científico y divulgador Amador Menéndez ensalza el ecosistema de la I+D+i avilesina

Un momentode la conferencia de Amador Menéndez.

Coches inteligentes que eliminan la posibilidad de accidentes de tráfico, cultivos resistentes a plagas para paliar el hambre, muros de celdas solares fotovoltaicas capaces de convertir la radiación solar en energía... fueron algunos de los ejemplos que utilizó el científico y divulgador Amador Menéndez, investigador en el centro Idonial como “prólogos del futuro”. Fue en el marco de la primera de las conferencias del ciclo “Martes de la innovación”, organizado por La Curtidora, y que también sirvió para exponer algunos de los desarrollos lanzados al mundo desde Avilés.

En un momento en que los desafíos de salud y el cambio climático centran la hoja de ruta de los científicos, Menéndez avanzó que desde Idonial se está trabajando en el uso del hidrógeno como combustible, pero de origen ‘verde’, esto es, que no implique una transformación artificial. Así, detalló que la investigación en desarrollo “imita a las plantas y su fotosíntesis” y se basa en el uso de la radiación solar para generar hidrógeno y oxígeno. La nanotecnología es el punto de apoyo de esta innovación: “Se trata de romper el agua en las moléculas de hidrógeno y oxígeno. De ahí obtendríamos ese hidrógeno ‘verde’. Podríamos, por ejemplo, coger el agua de la ría de Avilés y convertirlo en el combustible del futuro. Es fascinante”.

Y de la naturaleza a la salud. También desde Avilés, los investigadores de Idonial trabajan en unas “gafas terapéuticas” frente a la luz azul que emana de las pantallas. De nuevo la nanotecnología y la experimentación con la “conversión espectral” que consiste en el cambio de colores de la luz han ayudado para generar una lentes que absorben más luz roja, que presenta un efecto beneficioso para la salud, algo así como una “combustible celular” y elimina el bloque nocivo de la tonalidad azul. El diseño de los filtros de esas lentes, en colaboración con el Instituto Fernández Vega, también lleva el sello de Idonial.

Pero Menéndez, que ensalzó el ecosistema de I+D+i de Avilés, donde halla los mimbres necesarios para que en la postpandemia las grandes corporaciones de la comarca trabajen en desarrollos conjuntos a través de consorcios bonificados por la Administración, abordó igualmente algunas soluciones a los grandes problemas de la humanidad. Desde la reciente aportación de la Ciencia a las vacunas contra el coronavirus, con ARN mensajero “envuelto en nanopartículas” o tecnologías disruptivas como la biónica que ejemplificó en el Premio “Princesa” de Investigación Científica y Técnica Hug Herr. “El gran sueño de la humanidad en la inteligencia artificial generada”, apuntó.

En el diálogo posterior fue interrogado acerca de las dificultades de las pymes para llevar adelante esos nuevos desarrollos que él lidera en el campo de la nanofotónica. “El cerebro sigue siendo la gran incógnita de la Ciencia”, aseveró. Y para mentes inquietas animó a probar el mix de “innovación vertical (la disruptiva, de productos diferentes) con la horizontal (más conservadora y basada en la mejora de productos existentes)”. Para lograrlo, concluyó, deben ir de la mano Ciencia, Tecnología y empresa. “Y en España se tarda mucho en llegar del laboratorio al mercado”, zanjó.

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