"La fuente no se toca" y "aquí la quiero ver, la fuente de Avilés" fueron los dos estribillos que coreaban hace un año, ante los caños de la plaza de Pedro Menéndez, un grupo de 150 personas para defender la fuente, que está previsto trasladar a un lugar aún por concretar.

Esta pasada noche de San Juan volvieron al mismo lugar, con velas, una pancarta y el ánimo intacto de 365 días atrás.

Este miércoles, cumplido un año desde la primera concentración para intentar salvar la fuente, el grupo que lidera esta causa volvió al mismo lugar para la colocación de una nueva enseña y para lanzar sus deseos en forma de pequeñas notas para que se cumpla la salvación que reclaman.

El elemento, construido en 1956 y que podría tener los días contados en su actual emplazamiento por las obras del Muelle, es el foco de las quejas de un grupo de vecinos que insisten en su conservación pese a los planes de reurbanización de la zona.

Detalle de la pancarta que quedó sobre la fuente Ricardo Solís

Francisco Zarracina, exconcejal no adscrito del Ayuntamiento, fue el impulsor de una protesta que encontró su eco en las redes sociales. Y esta semana volvían otra vez para lanzar idéntica reivindicación: que la fuente no se toca. Creen que no es tarde para hacer cambios, porque lo que ellos piden, afirman, es dejar en vez de deshacer.

La fuente continúa, a la espera (o no) de la piqueta en el final de la calle Emile Robin, asomada al mismo parque donde la emplazaron hace casi medio siglo.