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Windar Renovables prevé expandir su negocio con dos fábricas más en Europa

La filial del Grupo Daniel Alonso se prepara para atender el esperado crecimiento del mercado de la eólica marina, que estima en un 25%

La estructura para fijación de aerogeneradores marinos número cien fabricada por Navantia y Windar Renovables, en el muelle coruñés de Fene, con el número alusivo al hito industrial. | Windar Renovables

La empresa Windar Renovables, del Grupo Daniel Alonso, tiene planes expansivos, en línea con la recomendación que hizo a los empresarios asturianos la Ministra de Industria, Reyes Maroto, en su visita del pasado viernes a la región: “Pensar en grande y ser ambiciosos”. Y en esos planes, de momento meras previsiones, lo que se contempla es la posibilidad de abrir dos nuevas fábricas en Europa, si bien aún no existen localizaciones concretas elegidas ni la decisión está tomada en firme, según precisó ayer el presidente y CEO de la compañía, Orlando Alonso.

Esta expansión internacional aumentaría aún más la capacidad productiva de Windar Renovables, fortalecida recientemente con la adquisición de nuevas máquinas para el emplazamiento fabril asturiano, el que se ubica en el Parque Empresarial Principado de Asturias. Fuera de España, la firma avilesina tiene talleres en India, Rusia, Brasil y México, de modo que –salvo China– se halla posicionada en todos los escenarios mundiales donde la eólica marina tiene pujanza.

La energía eólica “offshore” (la marina) es un sector en franco crecimiento al que favorece la estrategia europea de descarbonización. Según el último informe del Consejo Mundial de la Energía Eólica (GWEC, por sus siglas en ingles), la capacidad eólica marina mundial aumentará hasta los 234 gigavatios para 2030. Este incremento, impulsado principalmente por la actividad en Asia, así como en Europa, hace de la eólica marina una fuente de generación renovable a tener muy en cuenta, ya que al cierre de 2019 había 29,1 gigavatios de capacidad instalada.

Tubos eólicos en el puerto de Avilés. Ricardo Solís

El presidente de Windar Renovables prevé que el sector al que la empresa avilesina surte de piezas para aerogeneradores y estructuras de soporte crezca a razón del 25 por ciento frente al 9 ó 10 por ciento estimado para la eólica terrestre. Desde 2013, el mercado mundial de la eólica “offshore” ha registrado un crecimiento del 24 por ciento anual y Europa es la líder indiscutible, pues abarca el 75 por ciento del total de instalaciones a escala mundial. Al otro lado del Atlántico, Estados Unidos solo dispone de 30 megavatios de capacidad instalada, pero sus planes son ambiciosos de la mano de su nuevo presidente, Joe Biden, y tratará de desplegar 23 gigavatios antes de 2030.

Orlando Alonso persigue que su empresa participe de la tarta millonaria a repartir en el mercado de la energía eólica marina: en Europa se ha invertido en nuevos parques eólicos marinos, solo en 2020, la cantidad récord de 26.300 millones de euros. Esta inversión financiará la instalación de 7,1 gigavatios. Pero Alonso también es consciente de que las fábricas de componentes deben estar cerca de las regiones en donde se autorizan y contratan parques “offshore. Es por eso que entre los planes de Windar Renovables está diversificar la localización de sus fábricas, lo que según su presidente “no significa renunciar a las plantas existentes en Asturias”.

"España tiene que pisar el acelerador para no quedarse descolgada del fuerte crecimiento esperado de la producción eólica marina”

Orlando Alonso - Presidente de Windar Renovables

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Alonso reitera que España “tiene que pisar el acelerador para no quedarse descolgada del fuerte crecimiento esperado de la producción eólica marina”, un sector inexistente en la actualidad. Más aún, el presidente de Windar Renovables hace ver a los gobiernos la inconveniencia de la lentitud de las tramitaciones de parques eólicos: “Si se está tardando tres años en autorizar uno terrestre, calculo que para uno marino y flotante, que dadas las características de la plataforma litoral española serían las únicas viables, el plazo no bajaría de siete años y con esos tiempos llegaríamos tarde respecto a otros países que ahora mismo ya nos llevan ventaja”.

Además de atender a la planificación de su expansión internacional, Windar Renovables ha creado recientemente un departamento de I+D, una decisión en línea con la creciente exigencia de calidad e innovación del mercado mundial en el que compite.

Concluido el montaje de la estructura número 100 para el anclaje de aerogeneradores marinos


La alianza entre la sociedad pública española Navantia y la empresa avilesina Windar Renovables celebró ayer la construcción de sus cien primeros “jackets” para uso en el sector de la eólica marina. Un “jacket” es una plataforma fabricada con tubos de acero que se fija en el mar a una base de pilotes, gruesos tubos de acero de uno a dos metros de diámetro que pueden penetrar hasta cien metros en el lecho oceánico. Cada “jacket” puede pesar hasta 2.000 toneladas y su función es soportar el peso y dar estabilidad a los aerogeneradores que se instalan en el mar (eólica “offshore”).

El muelle del astillero de Fene (La Coruña) es donde fue armado el “jacket” número cien surgido de la colaboración empresarial de Navantia y Windar Renovables; en concreto, la estructura centenaria es la tercera unidad de las 62 que han de construirse para el parque eólico marino de Iberdrola en Saint-Brieuc, en la Bretaña francesa.

Navantia y Windar Renovables han colaborado ya en once contratos de eólica “offshore” para cinco países, valorados en 900 millones de euros y con ejecución en Fene (La Coruña) y Puerto Real (Cádiz). Este de Saint-Brieuc es el primer proyecto en el que Navantia realiza la construcción de la totalidad de las estructuras del parque eólico proyectado.

Las “jackets” para Saint-Brieuc son las de mayor tamaño construidas hasta ahora por Navantia y Windar Renovables, con un total de 74 metros de altura. Consisten en una estructura de tres patas, con un peso de 1.100 toneladas, a las que hay que añadir unas 500 toneladas más del pilote. Como novedad adicional frente a otras construcciones previas, las “jackets” para Saint-Brieuc cuentan con un dispositivo hidráulico instalado en sus patas denominado “pile gripper”, el cual consiste en unos cilindros que aportan fijación adicional mientras fragua el hormigón entre la “jacket” y el pilote, reduciendo así riesgos de desajuste en la instalación del aerogenerador.

El total del proyecto supone la generación de cerca de 2.000 puestos de trabajo, principalmente en Fene, Avilés y la instalación de Navantia-Windar en el puerto de Brest. Además, la fabricación de componentes se encuentra distribuida en otras regiones de Galicia y Andalucía.

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