Los países de la Unión Europea han acordado, tal y como se esperaba, introducir “medidas de flexibilidad” en el nuevo reglamento de control pesquero, con vistas a las futuras negociaciones con el Parlamento Europeo. España apoyó la aprobación del enfoque general, pero propuso que el reglamento excluya de la obligatoriedad de comunicar sus salidas diarias de puerto y el punto donde lanzan sus artes a los barcos de hasta 9 metros de eslora para evitarles una excesiva carga administrativa.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, detalló al respecto que la medida afectaría a un total de 4.900 barcos españoles, el 55% de la flota pesquera nacional, “que además son embarcaciones que faenan en aguas interiores, normalmente a la vista desde la costa y en periodos inferiores a 24 horas”.

El Consejo pide que las cámaras de vídeo a bordo –una medida duramente criticada por los pescadores– sean instaladas solo en embarcaciones de 24 metros de eslora o más y sobre la base de análisis de riesgos que harán los países en relación con posibles incumplimientos, mientras que el Parlamento Europeo es partidario de colocarlas en buques de más de 12 metros de eslora, teniendo en cuenta infracciones y casos reincidentes.