Los vecinos de La Arena (Soto) perdieron este fin de semana a un paisano ilustre: Amado Prendes García. Murió a los 75 años en Santander, Cantabria, donde residía, aunque era habitual verlo por La Arena, donde conservaba familiares y buenos amigos que han lamentado su pérdida. Tenía la medalla de plata por promover modelos de sociedad más justos y políticas que garantizan la equidad y la justicia social. También había sido condecorado con la Orden de San Raimundo de Peñafort.  «No cabe duda que para mí es un orgullo que me concedan tan alta distinción por parte del Ministerio de Justicia, pero igualmente creo que lo es para mi querida Asturias, pues agrada saber que un asturiano ha sido reconocido fuera de su comunidad», decía el funcionario allá por 2011 tras recibir la condecoración. Entonces prometió visitar con más frecuencia la localidad que le vio nacer y durante estancias más dilatadas.

Amado Prendes García comenzó su labor profesional en 1963 cuando comenzó a trabajar en la conservera Albo en La Arena hasta 1969. Ese mismo año, el arenesco se trasladó a Toledo, donde comenzó a trabajar para la administración estatal como funcionario en el Ministerio de Trabajo. En 1973, mantuvo su rango pero tuvo que cambiar de domicilio y se trasladó a Santander. Pasados los años, Prendes García ascendió de puesto para ser nombrado jefe de sección en el Ministerio de Trabajo.

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Por otra parte, el funcionario trabajó en el entonces Insalud durante cuatro años como asesor técnico y pasó 18 años en la gerencia de justicia en Cantabria, donde trabajó 16 años como jefe de sección de Personal y otros dos como adjunto al gerente territorial, categoría con la que se jubiló hace ya unos años. Además de sus labores como funcionario, Prendes García impartió durante siete años clases de «Técnicas de direccción de Personal y Seguridad e Higiene en el trabajo" en el seminario de estudios sociales de Santander, este departamento dependía entonces de la escuela social de Oviedo, donde además fue jefe de estudios, compartiendo su labor con su puesto de funcionario.

Deja viuda, Luz Nelly Castro Suárez y cuatro hijos: Amado, Luz Nelly, Teresa Avelina y Joaquín Guillermo. Recibió sepultura ayer, lunes, en Cantabria.