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La falta de empleo y bien remunerado hunde la natalidad, según los sociólogos

Jacobo Blanco, decano del colegio oficial, tilda de “extrema gravedad” la situación de Avilés y plantea políticas público-privadas urgentes

Una pareja en la playa. Marta G. Brea

La falta de empleo, y de empleo bien remunerado, es la principal causa de la caída de la natalidad y demográfica de Asturias y especialmente de Avilés. A esto se suman otras causas, como la carencia de educación para conciliar vida familiar y profesional, así como de ayudas económicas y sociales, lo que abarca desde los horarios laborales hasta una buena red de guarderías y compartir las tareas de la crianza y del hogar. La situación es “de extrema gravedad”, coinciden los especialistas, y “las medidas a adoptar son de urgencia y no se pueden demorar más”.

España es el segundo país del mundo, por detrás de Japón, con el índice de natalidad más bajo. Dentro de España, Asturias ocupa el liderazgo, y en la región, Avilés se sitúa a la cabeza junto con las Cuencas.

El año 2020, el de la pandemia, ha sido demoledor para la natalidad. El número de nacimientos en España cayó en 339.000, casi un 6 por ciento menos que en el anterior ejercicio. Las cifras son peores en Asturias, donde la pandemia supuso el año con menos alumbramientos al menos desde la posguerra civil, y la situación empeora. Este año nacieron hasta abril 1.465 bebés, lo que supone una caída del 10,5 por ciento respecto al año pasado, el mayor desplome de España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). La caída respecto a 2019 es del 10,6 por ciento, y se desploma respecto a 2016, en el 28,8.

Las cifras se agravan en el caso de Avilés, donde la natalidad cayó en 2020 a mínimos históricos, con solo 690 alumbramientos.

Jacobo Blanco, decano del Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología del Principado, explica que una de las causas de la baja demografía es que se ha desplomado el número potencial de madres. Las mujeres entre 20 y 30 años representan dos tercios de las que hay entre 30 y 40, que son las que ahora dan a luz. “La base de partida va encogiendo, lo que será un problema agravado en unos años”, señala. Es exactamente lo contrario de lo que ocurrió en la década de los años 70 y 80, cuando la antigua Ensidesa atrajo a numerosos migrantes y Avilés llegó a ser en los 80 la ciudad más joven de Europa.

A este problema se suman factores culturales, añade el sociólogo especializado en población, territorio y política. Así, mientras antaño nadie se planteaba si quería o no tener hijos, ahora aproximadamente el 20 por ciento de las mujeres deciden no tenerlos.

¿Pero qué pasa con más del 80 por ciento de mujeres y varones que sí quieren tener hijos? Pues que se enfrentan a serias dificultades. La mayor de ellas, el empleo, porque en la coyuntura actual no lo hay, y si se encuentra es de baja remuneración y calidad, con lo que las perspectivas para crear una familia son cuando menos muy dudosas. “Se tiene poco empleo, de poca calidad y con ingresos entre los más bajos del país. Así es muy difícil tener un proyecto de vida. Este es el principal problema”, asegura Blanco.

Pero los problemas no acaban ahí. Como los salarios son bajos, no hay posibilidad de pagar a quien atienda a los menores mientras se está en el trabajo. “Más del 60 por ciento de los abuelos cuida de sus nietos, pero no siempre es posible”, apostilla el sociólogo profesor asociado en la Universidad de Oviedo.

Los horarios laborales no solo no ayudan, sino que penalizan la maternidad. Una parte importante del empleo femenino se encuentra en el sector servicios. “¿A qué hora cierran los comercios, la hostelería, los supermercados…?”, plantea Jacobo Blanco. “Desde luego no son horarios que favorezcan la crianza de los pequeños”, apostilla. Y a esto se suma que, aun contando con el apoyo de los abuelos, la mayor carga del trabajo del hogar y de la crianza de los menores sigue recayendo en los hombros de la mujer, “que a última hora del día y por la noche continúa trabajando dentro de casa. ¿Quién se va a animar a vivir así? Pues desde luego no parece estimulante para la población femenina más joven”.

Por todo ello, y aquí se llega al tercer factor, es importante una política público-privada de ayudas. “Es necesario replantearse de manera urgente las ayudas a la familia, que se resumen básicamente en los descuentos de la declaración de la renta (IRPF), pero que se quedan en nada porque si los salarios son bajos, la deducción es nula o casi”, recrimina el decano del Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología del Principado, que exige aplicar medidas urgentes de inmediato.

El sexólogo Iván Rotella: “falta educar para vivir en pareja con hijos”

Iván Rotella, sexólogo especialista en problemas de pareja en Astursex, aporta una visión novedosa a la explicación de la caída de la natalidad en el conjunto del país y más en concreto en Asturias y en Avilés, donde ejerce su profesión: la carencia de educación en la pareja para saber gestionar la convivencia cuando se tienen hijos. “Confluyen una situación de bienestar en una sociedad de consumo, con una coyuntura de empleo y laboral complejas. Tener hijos supone coartar la libertad de movimiento, de salir, de viajar, de comprar…”. Y quienes deciden tener familia se encuentran con que faltan ayudas como las que tienen en otros países, como los nórdicos, o en Estados Unidos, que abarcan desde guarderías en las empresas y horarios laborales flexibles, a bajas por maternidad de hasta 96 semanas, además de ayudas económicas. Pero a todo esto se suma la falta de educación para vivir en pareja. “Es muy importante, porque hay que aprender a gestionar y convivir en la vida familiar y profesional”, explica Iván Rotella. Y para eso, “las dos partes deben hablar con claridad para decidir si quieren tener hijos o no, y cuántos quieren y cómo van a compartir la crianza. Si a eso se suma todo lo que tiene que ver con el empleo y la concialiación, estalla la bomba”. “El principal problema que nos encontramos es que los hijos se convierten en el centro de atención, y la pareja se diluye. No cuidamos la vida en pareja y tenemos familias que se acaban convirtiendo en compañeros de piso que comparten el cuidado de los hijos”, señala el experto sexólogo avilesino. “Hay recursos y numerosos estudios y ejemplos que se podrían aplicar en este sentido. Está muy bien hacer diagnósticos y crear grupos de expertos, pero todo está ya diagnosticado y estudiado, lo que hace falta es empezar a tomar medidas de inmediato, porque cuanto más se tarde en frenar la caída de la natalidad, más difícil será”, asegura Rotella.

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