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“Las palomas causan pérdidas de entre 500 y 1.000 euros al año”, denuncian los hosteleros

De “asquerosidad” a “molestia” califican los habituales de las terrazas del Parche la presencia de gaviotas en las mesas

Una paloma, bajo una de las terrazas de plaza de España.

Las terrazas de la plaza de España en Avilés se llenan de molestos clientes a los que nadie ha invitado: palomas y gaviotas. Estas aves se dedican a incomodar tanto a propietarios como a clientes. En la cafetería Paco Menta, su propietaria, Esther Martínez, comenta que estas aves atacan a los clientes de su terraza. “No hay ningún remedio para ellas. Causan pérdidas económicas, pues rompen la vajilla cuando van a robar el pincho a las mesas de los clientes, que se quejan”, responde cuando se le pregunta qué remedio emplean para ahuyentarlas.

Sobre los métodos usados por sus compañeros hosteleros, Martínez comenta que conoce la existencia de búhos espantapájaros, que funcionan los primeros días, “pero luego las palomas se dan cuenta de que ese búho no se mueve y dejan de tenerle miedo, así que no funcionan”. Paco Menta abrió sus puertas hace 17 años y, desde entonces, conviven con este problema. “No hay manera de acabar con ellas”, añade la dueña del local.

En este local agradecen la instalación del Mercado Medieval con motivo de las fiestas de San Agustín, ya que durante los días que dura el mercado no hay palomas, puesto que los halcones que traen consigo algunos puestos, las ahuyentan. No habrá oportunidad este año, ante la suspensión del evento por la pandemia.

Aspecto de la plaza de los Hermanos Orbón, donde las aves entre los clientes de los negocios de hostelería son presencia habitual. | Mara Villamuza

En la cafetería Prestoso, también en El Parche, las palomas se meten incluso dentro del local. “Saben dónde está la comida, entran por los balcones y, a los segundos, ya le han robado su pincho al cliente”, asegura la camarera Ahmely Cruz. “Toda la plaza del Ayuntamiento está así”, asegura. Una de las habituales del local, Isabel Arrojo considera que palomas y gaviotas son “una molestia, roban el pincho”.

“No respetan a la gente. Por lo menos antes esperaban a que la gente se levantase de la mesa, ahora ni eso”, comentan desde otro local, Malvasía. Los dueños de este negocio de vinos y tapas han presenciado cómo las palomas se lanzan en picado a robar comida, e incluso, le han tirado el café por encima a algún cliente.

Chema Lus, dueño de Malvasía, asegura que estas aves “tiran las tazas de café y las copas y nos ocasionan pérdidas económicas de entre 500 y 1.000 euros al año”. “Cada año va a peor”, recalca Ana Lus, trabajadora del mismo local. Cree que el Ayuntamiento retira los nidos y los huevos, pero no ven el resultado. Jenaro García, asiduo de Malvasía, dice que esta situación “es una asquerosidad” y que “no es solo en esta plaza, es en todo Avilés”. Cristina García tiene un truco: ponerse al lado de la mesa que tenga perro para ahuyentar a estas molestas aves.

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