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Alu Ibérica plantea despedir al 66% de su plantilla para ahorrar 20 millones

El proyecto industrial que la aluminera encargó a una consultora norteamericana contempla el cierre de la planta de La Coruña

Los hornos de fundición 2 y 4, sin puertas, de la antigua Alcoa.

Alu Ibérica se plantea de manera inmediata el despido de más de la mitad de su personal. Este proyecto de extinción masiva de contratos tiene fecha de activación: antes de que termine este mes de julio. Y es que es en pocos días cuando finaliza el período de latencia que devino tras la venta de las plantas alumineras de Avilés y La Coruña; primero de la multinacional Alcoa al fondo suizo Parter Capital Group y, después, a la entidad comercial Grupo Industrial Riesgo.

Las compañías gestoras de las fábricas de aluminio de San Balandrán (Asturias) y A Grela (Galicia) encargaron hace unos meses un plan industrial a la consultora norteamericana FTI Consulting. En este informe se hacen varias prospecciones de futuro sobre las plantas. Dos de las hipótesis que plantean en el proyecto recogen la necesidad de despedir bien a 330 personas, bien a 420 personas, teniendo en cuenta de que dicen que la nómina total de Alu Ibérica (en Asturias y en Galicia) es de 500 personas. Es decir, la rebaja de personal, según la posibilidad que finalmente se ejecute, irá del 66 por ciento al 84 de la plantilla actual. Defienden los consultores (y Alu Ibérica) que con el expediente de extinción de contratos podrían ahorrarse alrededor de 20 millones de euros.

En una de las variables señalan que sólo precisan de 90 personas en el departamento de fundición y 45 más en oficinas y en la planta de pretratamiento. En la otra variable, el personal que consideran necesario es de 180 personas en fundición y 40 más para oficinas y otros servicios. En ambas hipótesis se destierra la producción de aluminio electrolítico, es decir, el metal primario que se estuvo fabricando desde los años cincuenta y hasta 2019, cuando Alcoa ordenó el apagado de las cubas en que a través de una reacción eléctrica se hacían los lingotes. El cierre de las cubas de Avilés y La Coruña deja el sector primario español dependiendo de la fábrica de San Ciprián, en Lugo, de momento, bajo el manto de Alcoa, pero también con un pie en tierra. Si Alcoa alcanza sus objetivos, España dejará de producir aluminio puro y se limitará al fundido.

El plan de destrucción de empleo y ahorro de capital que propone FTI Consulting a Alu Ibérica pasa en una de sus variables más graves por el cierre de su fábrica de La Coruña. No consideran negocio en todo el grupo ni la electrólisis, ni la fábrica de pasta (en La Coruña). Fundición está mejor si se adelgaza.

El corte mayor del proyecto de despidos que defiende la consultora será precisamente en electrólisis (150 personas menos en La Coruña y 130 en Avilés). La fábrica de pasta se cierra del todo y alrededor de una veintena de trabajadores de fundición de La Coruña tendrían que salir de la empresa de prosperar el proyecto que la consultora han propuesto. El proyecto que FTI Consulting recoge también las compensaciones económicas que, en caso de poner en práctica su idea del despido masivo, debería de hacer frente la compañía (más de cuarenta millones).

Grupo Industrial Riesgo cuando se hizo con el control de las fábricas (ahora investigada por la Audiencia Nacional) se presentó diciendo que tenía un plan de industrial que dijo que iba a presentar a quien quisiera escucharles. No consiguieron convencer ni al Principado, ni al Ministerio de Industria, ni a los representantes sindicales. La crisis del aluminio tiene ahora una sentencia que anula el acuerdo de enero de 2019 y hay una investigación penal en curso.

A la espera la nómina

Los trabajadores de Alu Ibérica (la antigua Alcoa) que están de baja no reciben sus nóminas (el documento en que figura su sueldo mensual y los correspondientes descuentos) porque la empresa “no paga el apartado de correos ni los sellos”. Lo denuncian desde el comité de empresa. Sucede que la empresa tiene que enviar por correo postal el documento a la plantilla que tiene incapacidad transitoria. Esto se lleva a cabo de la siguiente manera: se imprime el documento, se ensobra y se lleva a portería para que después los carteros recojan las cartas para poner el timbre adecuado. “Desde hace semanas se acumulan los sobres de más de un mes a la espera de que el Espíritu Santo se encargue de meterlas en los buzones”, se lamentan desde la representación sindical. Los trabajadores que no están de baja reciben la nómina en mano en los días que toca cobrar. Las incidencias en el día a día no se quedan ahí. Los trabajadores denuncian que la dirección de la compañía se dedica a vestir un santo desvistiendo a otro: “Tenemos ocho hornos en el taller de fundición, pero sólo funcionan dos. Hace año y medio –desde que llegó Parter Capital– no hacemos lingotes de aluminio, sólo producimos tochos... cuando los hacemos. Así que, está casi todo parado. Los hornos 10 y 11 son los que producen, pero hace unos días se estropeó una de las puertas. En vez de arreglarla, ordenaron que quitáramos una de los hornos que están apagados. Es decir, nos llevamos una del 2 al 11 y dejamos el horno 2 para cuando haya que cambiar alguna pieza más”, denunciaron los trabajadores. “Este es el proyecto industrial de 250 millones que habían prometido los señores de Riesgo cuando se hicieron con las fábricas”. En este mismo orden de cosas, la empresa tiene una furgoneta que no pasó la ITV por incidencias pequeñas. “No la arreglaron y perdieron el tiempo de repesca”.

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