El poeta sevillano Gregorio Dávila de Tena ha sido reconocido con el premio “Ana de Valle” que convoca la asociación de vecinos de La Luz. “Presenté el libro ‘Un temblor en las encinas’ que es un recopilación de poemas de influencia oriental y filosófica”, explicó el autor galardonado a LA NUEVA ESPAÑA al otro lado del teléfono.
“Las bases del galardón requerían un libro de pocos versos: de entre 300 y 400 versos. Lo que he hecho es una colección de creaciones como haikus, pero no sólo”, añadió el escritor que, en realidad, trabaja como funcionario de la Junta de Andalucía en el departamento informático.
“Para dotar al libro de la unidad formal decidí emprender un viaje a través de varios autores que me han influido. Hablo de Rilke, de Juan Ramón Jiménez”, continuó el escritor. Cuando tiene que explicar el motivo del título señala que el poeta de Antequera José Antonio Muñoz Rojas escribe en “Las cosas del campo” un verso que le produce inquietud: “Cuando florecen las encinas hay que temblar”. Y es que, señaló Dávila de Tena, “las encinas siempre florecen”.
El poeta ganador del “Ana de Valle” lleva viviendo en Sevilla desde “que tenía 10 años”, o sea, que se considera andaluz de toda la vida. “Mi familia era de un pueblo de Badajoz”, apostilla el autor que ya ha cosechado premios como el “García de la Huerta” o el “Pepa Cantarero”. El penúltimo de su cosecha ha sido el “Eladio Cañamero”, que se entrega en la localidad manchega de Tomelloso.
La asociación de La Luz ha sido la promotora de la recuperación del premio “Ana de Valle”, que ha tenido varias vidas y que nació para reconocer a la escritora avilesina de la Generación del 27 que salió de Avilés con el franquismo.
