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Los pescadores se oponen a la instalación de parques eólicos marinos en Asturias

El anuncio de dos áreas susceptibles de acoger complejos energéticos flotantes indigna a la flota: “Nadie ha hablado con nosotros”

Trabajos de instalación de un aerogenerador en el parque East Anglia One, el mayor parque eólico de Iberdrola en Reino Unido.

Ni en la costa occidental ni al nordeste de cabo Peñas. Los pescadores asturianos no quieren ni oír hablar de la idea de poner parques eólicos flotantes en el mar Cantábrico. “El Cachucho es zona vedada a la pesca por su carácter de reserva marina, el Cañón de Avilés va por el mismo camino y ahora quieren acotar dos grandes espacios de la costa para instalar molinos de viento... Y digo yo: ¿dónde esperan que pesquemos?” Esto es lo que se pregunta Adolfo García Méndez, el presidente de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Asturias, el órgano que agrupa y representa a las flotillas de diecinueve puertos de mar asturianos.

Los proyectos de parques eólicos marinos flotantes que manejan para Asturias compañías como EDP o la alianza Enagás-Naturgy, según ha trascendido hace unos días, deberán situarse a más de 14 kilómetros de la costa y estar comprendidas dentro de dos áreas situadas una de ellas frente la franja de costa que va desde Tapia de Casariego a Luarca, y la otra al nordeste de cabo Peñas, en una franja que va desde Candás hasta Colunga.

“Nos enteramos de estos planes en una reunión telemática a la que fuimos convocados y en la que participaron otras federaciones provinciales de cofradías de pescadores del Cantábrico, la federación nacional, técnicos de varias consejerías, investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y autoridades pesqueras regionales y nacionales. A priori, pensábamos que el motivo de la reunión era dar explicaciones y recabar opiniones sobre la futura instalación de parques eólicos marinos. La sorpresa fue monumental cuando vimos que ya han hecho las cuadrículas y acotado las zonas supuestamente propicias para esos proyectos. Y digo que tal cosa nos sorprendió porque con nosotros, con los pescadores, nadie habló todavía de todo esto”, relata García Méndez.

Tanto por las formas como por el fondo, la postura de los pescadores en relación al desarrollo de la eólica marina en la costa asturiana es tan concisa como rotunda: “No”. El presidente de la federación regional de cofradías esgrime en primer término como justificación de esa negativa el ya citado argumento de la reducción de los espacios marinos hábiles para la pesca, a lo que añade “la escasa plataforma marina que tiene Asturias, lo cual es un hándicap para la mayoría de las actividades pesqueras”.

Pero hay más argumentos: “Desconocemos el impacto que esos parques eólicos pueden tener sobre los hábitos migratorios de especies de las que los pescadores asturianos tienen altísima dependencia económica, como la xarda, el bocarte y el bonito. No se ha hecho, que nos conste, ninguna evaluación ambiental. Se ignora si el tendido de cables submarinos para transportar a tierra la electricidad producida en el mar tiene efectos sobre los peces... Es decir, se desconoce todo y, sin embargo, ya han perfilado las cuadrículas donde poner los molinos. Así no se hacen las cosas”.

Adolfo García Méndez saca a colación que fueron los propios expertos del IEO “los que admitieron que los parque eólicos tienen influencia sobre la pesca”. También remarca que “no se han tenido en cuenta para delimitar los espacios susceptibles de acoger molinos los datos de utilización de esas aguas por parte de embarcaciones pesqueras de menos de 15 metros de eslora (que son la gran mayoría) dado que las mismas no están obligadas a llevar sistemas de geolocalización y, por tanto, no dejan ‘huella’ digital en los mapas”. Y aduce que “incluso la Unión Europea, en una muy reciente resolución, se ha posicionado en contra de los parques eólicos marinos por su impacto ambiental”. Para el representante de los pescadores asturianos hay pocas dudas de que “la pesca se verá damnificada si prospera la idea de poner aerogeneradores en nuestra costa”.

Como única concesión, los pescadores plantean la formación de una mesa de trabajo sobre eólica marina en la que el sector tenga voz, la aportación de “cuantos informes vengan al caso” para poder sacar conclusiones del impacto ambiental de los parques eólicos y la negociación, si llegara el caso, de las condiciones de instalación de esas estructuras. García Méndez avisa: “O se nos tiene en cuenta o habrá marejada”.

La visión negativa que tienen los pescadores del pretendido emerger eólico de la costa asturiana choca de bruces con el potencial energético que perciben los ministerios de Transición Ecológica e Industria, que destacan el “elevado” potencial industrial y tecnológico de la eólica marina. “Las industrias eólica, siderúrgica y naval española, así como los promotores y suministradores de bienes y servicios nacionales, ya han contribuido con un papel protagonista en la puesta en marcha y operación de numerosos parques eólicos marinos en el mundo”, señala la hoja de ruta ministerial, que añade que con esta actividad “la industria española ya tiene una posición a nivel mundial como uno de los principales ‘hubs’ europeos de conocimiento y suministro para los mercados internacionales dentro de la cadena de valor asociada a las instalaciones eólicas marinas”. En esa cadena Asturias tiene un papel protagonista, con fabricantes de acero como ArcelorMittal, de componentes de aerogeneradores como Windar o de barcos de apoyo a eólicos marinos como Astilleros Gondán.

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