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Luanco añora su procesión

“Sin la salida al mar es como si no hubiera fiesta”, lamentan los vecinos, que vivieron una celebración sin su principal atractivo

Un momento de la misa del Carmen en Salinas. Miki López

“Echo en falta la Virgen del Carmen y su salida al mar, porque es lo más típico, sin ella es como si no hubiera ninguna fiesta. Además, no hay gaiteros por las calles, que propician un buen ambiente, así no me entero de que hay fiestas”, comentaba ayer la luanquina Mariví Corredoiras mientras paseaba por los alrededores de la Iglesia de Santa María, en la que tuvo lugar una misa que supo a poco a la mayoría de los parroquianos.

Este fin de semana son las fiestas del Carmen de Luanco, cuyo atractivo principal, la procesión marinera, se ha suspendido, al igual que el año pasado, por las medidas aplicadas contra la pandemia. A pesar de ello, Luanco ha demostrado que se pueden adaptar las fiestas a las circunstancias y El Carmen es una muestra de ello. Las actividades organizadas, como los conciertos del viejo muelle o el cine al aire libre, lejos de parecerse a lo visto en anteriores ocasiones, cuentan con el visto bueno de vecinos y veraneantes.

A Corredoiras, estas citas nocturnas le parecen bien, ya que “algo hay que hacer para animar al pueblo”. Con ella coincide Luis Secades, que considera que las actuaciones son un buen sustituto de los eventos celebrados en años anteriores, aunque por otro lado piensa que “podrían hacer las dos cosas, la misa y la procesión marinera; a estas alturas se echa de menos a la Virgen del Carmen”.

En la misma línea, Rosa María de Frutos, acude al Carmen desde 2006, y echa de menos que no se haga la procesión marítima, “porque es la parte más emotiva y bonita de las fiestas”. Respecto a las medidas y los protocolos aplicados añade que en este contexto, lo importante es “hacer lo posible para colaborar a que mejore la situación”.

Carmen Jaquete, en el día de su santo, agarra su escapulario de la Virgen y dice que, aunque no le parece bien que se celebren eventos aún, se hace lo que se puede. Mónica Gutiérrez, vive en Bañugues pero es de Luanco. “Las condiciones son las que son, son unas fiestas de carácter cultural y religioso. Es lo que hay. Tal y como está la situación, es bueno que se hagan los conciertos en el viejo muelle, con todo el control necesario y los protocolos anticovid. Quizá el problema no sean los conciertos, si no las cosas que no se pueden controlar, hechas por jóvenes y no tan jóvenes”, concluye.

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