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Larry Niven abre el espacio a Jeff Bezos en el Celsius

Larry Niven, ayer, antes de iniciar su charla.

Hubo un tiempo, aunque un vistazo a la comunidad del “fandom” actual no lo indique, en que la ciencia ficción fue territorio de varones blancos anglos, que escribían en un marco definido por la guerra fría, el optimismo tecnológico, un horizonte de crecimiento infinito y ecos de la conquista del Oeste. El último exponente de ese tiempo es Larry Niven, que a sus 83 años participó en el Festival Celsius 232 de Avilés.

Se considera continuador de una generación anterior, la de los Henlein, Poul Anderson y Jack Vance.

Niven pues, aunque no tan conservador como el autor de ciencia ficción militar Jerry Pournelle con quien escribió una docena de obras a medias –de este decían que estaba muy a la derecha de Gengis Khan, aunque Niven no se quedó corto con sus propuestas para reducir el coste de los hospitales– codirigió un equipo de escritores de ciencia ficción y expertos aeroespaciales para asesorar al presidente Ronald Reagan. Y en sus recomendaciones fue donde se anticipó –más que en sus novelas– a la realidad.

“¿Decepcionado por el progreso de los viajes espaciales?”, le preguntó el también escritor Ian McDonald en una de las dos mesas redondas en que participó Niven. Pues solo a medias. “No tenemos una ciudad en la luna pero sí a billonarios haciendo viajes espaciales para convertirse en celebridades en la televisión”, respondió. Y eso no es necesariamente malo, opina.

En el informe que enviaron a Reagan – “y al que el Congreso tardó nueve años en hacer caso”, lamenta– se defendía la creación del escudo espacial: la Guerra de las Galaxias de Reagan. “Considerábamos que ni los sistemas de guía, ni los ordenadores de los misiles nucleares eran suficientemente fiables”, explica.

Pero también “que se debía permitir a las empresas participar en el espacio; y alli las tenemos compitiendo y colaborando con la Nasa, así que no estoy decepcionado con lo que está sucediendo”, concluye. Aunque sí con que “aún no tengamos una ciudad en la Luna”. Y aún queda muy lejos su convencimiento de que el hombre colonizará el espacio, pese a que el universo le sea “hostil” por naturaleza.

“Aunque sea algo distinto de lo que hoy entendemos por hombre, porque la capacidad de evolucionar es lo que le permitirá sobrevivir; por ejemplo con algún tipo de relación con las máquinas”. No poder viajar a la velocidad de la luz es un inconveniente, pero también una ventaja: no parece fácil que tengamos visitas inesperadas.

Pero olvidemos a Reagan, Branson, Bezos, Musk y la privatización del espacio, y el hecho de que Niven, matemático, sea uno de los exponentes de la ciencia ficción con más base científica. Niven es novelista. Ha creado las series de novelas del Universo Conocido y del Mundo Anillo. “He podido soñar con los ojos despiertos durante 55 años mientras otra gente iba y venía a la oficina”, concluye.

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