“En días soleados como hoy ‘presta’ venir al pantano porque esta zona es muy tranquila, algo que se agradece debido a las circunstancias sanitarias”, apunta Sandra Flores, una vecina de Llaranes que, acompañada de su familia, decidió acudir ayer al pantano de Trasona para pasar el día en el área recreativa de Overo.
“Cuando sale el sol, es lo que más nos apetece. Solemos ir a Avilés o aquí, al pantano, ya que el lugar está muy bien cuidado” continúa explicando. También recalca que, durante el fin de semana, prefieren no ir al pantano, ya que está muy concurrido.
A la otra orilla del embalse, en el área recreativa de Gabitos, un grupo de jóvenes avilesinos coincide con lo expuesto por Flores. “El domingo, esto estaba lleno, con todas las mesas ocupadas”, señaló una de las integrantes del joven grupo, Nerea Matas.
Casi todo su grupo se contagió de coronavirus hace unas semanas, por lo que una vez superada la enfermedad pueden disfrutar del buen tiempo que hace estos días con más tranquilidad, aunque siempre observando las normas de seguridad. “Venimos al pantano de Trasona con frecuencia, porque es una de las pocas alternativas de ocio que nos quedan a los jóvenes”, sostiene Miguel Pravos.
Sus amigos coinciden con él, ya que se encuentran al aire libre y no incomodan a otros visitantes del pantano: “Estamos al aire libre y no molestamos a nadie, estamos apartados, a nuestro rollo”.
El grupo de jóvenes agradece el aumento de equipamiento del área recreativa, destacando las nuevas mesas, que se instalaron en abril debido a la alta demanda y que se engloban en un plan de mejora que rondó los 5.000 euros, según Jorge Suárez, concejal de Obras del Ayuntamiento de Corvera. Y para sacar el máximo provecho a ese mobiliario, estos jóvenes llevaron costillares, chorizos criollos, hamburguesas y solomillos con los que preparar una suculenta parrillada.
“Tal y como están ahora mismo las cosas con la pandemia, a nosotros nos gusta venir a lugares como éste, que son espaciosos y que se encuentran al aire libre, afirmó Sheila Álvarez. Sus amigos añadieron entre risas que “en el pantano de Trasona, ni molestamos, ni nos molestan a nosotros”.
