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álvaro urquijo | Músico, fundador de “Los Secretos”

“El cariño de la gente nos sacó de los baches”

“Hemos sido pésimos empresarios, elegimos malos abogados y ningún asesor nos dijo ‘esto son drogas, no las toquéis’”

Álvaro Urquijo.

“Los Secretos” celebraron 40 años en escena en 2018 y siguen quemando etapas en su camino hacia el medio siglo de una historia llena de altibajos de la que ha sido protagonista desde el principio Álvaro Urquijo (Madrid, 1962), el actual líder del grupo formado originalmente por los hermanos Urquijo (Javier, Enrique y el propio Álvaro) y el batería José Enrique Cano, “Canito”. El festival “Luanco al mar” es la próxima parada, este viernes a las 21.30 horas, de una gira que aún tendrá trece paradas más hasta octubre, a las que hay que añadir el medio centenar de conciertos dados en toda España desde julio del año pasado.

–De la celebración de sus 40 años de carrera musical al confinamiento por la pandemia, menuda montaña rusa...

–Buena definición, en realidad válida para toda la trayectoria del grupo porque la vida de “Los Secretos” ha sido una sucesión de baches y remontadas: la pérdida de Canito, luego la de Pedro Antonio Díaz, en 1999 la muerte de mi hermano Enrique... Cada uno de estos golpes, más otros dolorosos como la expulsión de algunas casas discográficas, nos hizo plantearnos si continuar o no.

–Vaya, que de resiliciencia sabe usted un rato.

–En todos los casos nos rehicimos, volvimos a empezar de cero tocando en garitos y sitios pequeños para ver si nos querían o si ya no merecía la pena seguir; como suelo decir, “Los Secretos” siguen adelante por petición popular pues es la gente quien nos reclama.

–¿Se corresponde ese cariño con la venta de discos?

–En absoluto. Esa fue una de las cosas que nos echaron muchas veces en cara las discográficas. Hemos sido pésimos empresarios, nunca aceptamos formar parte del “star-system” y por empeñanos en ser fieles a una línea musical lo cierto es que tenemos más reconocimiento del público en los directos o en términos de cariño popular.

–Una curiosa paradoja.

–Es el sino de nuestra carrera. En 1995 grabamos “Dos caras distintas” y nos regañaron porque no se vendía nada. Ese álbum incluía la canción “Pero a tu lado”, que se acabó convirtiendo en un clásico y, en este tiempo de pandemia, en un himno de solidaridad. Diez años antes, deprimidos, arruinados y dando conciertos con músicos prestados recuerdo haber parado a comprar tabaco en una discoteca de Huesca: estaba sonando “Déjame” y al reconocernos la gente fue como si hubieran llegado Mick Jagger y Keith Richards. Así se ha escrito nuestra historia: nunca nos quisimos comer el mundo, elegimos malos abogados, mánagers y casas de discos, tampoco acertamos en algunas etapas con las compañías y ningún asesor nos dijo “esto son drogas, no las toquéis”...

–Y sin embargo tienen el cariño del público y una probable página de oro en la historia de la música española.

–Sobre lo segundo me contento con el honor de formar parte de la memoria colectiva de tres o cuatro generaciones que saben y cantan nuestras canciones. En cuanto al cariño de la gente, en estos meses supe de casos tan emotivos y gratificantes que me acompañarán hasta la tumba.

–Cuente alguno, por favor.

–Una enfermera vio tatuada en el pecho de un enfermo de covid en coma inducido la frase “he muerto y he resucitado” (de la canción “Pero a tu lado”) y me contactó proponiéndome grabar un audio para hacérselo escuchar al hombre en cuestión. Por supuesto, acepté. Lo cierto es que ese tipo salió adelante y vino a vernos a un concierto. Solo por algo como esto, creo que merece la pena el camino recorrido.

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