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La escalada deportiva debuta en Tokio con tres paredes fabricadas en Asturias

La empresa Entre-Prises construye en Gozón muros de rocodrómo en un taller de vanguardia a escala mundial

Las paredes en Tokio. | Mara Villamuza / Reuters

La escalada deportiva ha hecho su debut olímpico con atletas que optan al oro gracias a la potencia y la fuerza en la punta de sus dedos. Y en ese estreno ha participado una empresa con sello francés que tiene en el polígono de Maqua, en Gozón, el taller de producción en el que se han fabricado las tres paredes (velocidad, búlder y dificultad), dos de ellas de 15 metros y una tercera de 4,5 metros de altura, que ahora son el reto de los mejores escaladores deportivos del mundo en Tokio. Entre ellos Alberto Ginés, único representante español.

“Este proyecto ya viene de hace unos cuatro años, el tiempo que llevamos trabajando con el Comité Olímpico”, explica Diego García, director de operaciones Entre-Prises, que tiene en Maqua el taller que sitúa a la firma en la vanguardia de paredes de escalada a nivel mundial. De ahí el salto de Gozón a Tokio. “Se fabricó todo aquí, en Maqua, y el noventa por ciento de los proveedores fueron asturianos”, precisa García.

Los muros que ahora son el centro del espectáculo olímpico de la escalada deportiva se enviaron por contenedor en enero de 2020. “Se instalaron en febrero en el centro de deportes urbanos de Aomi, y entonces se hicieron varias pruebas a nivel local con el Comité Olímpico. Una vez que se cancelaron los Juegos Olímpicos se desmontó todo, y hace dos meses lo volvimos a instalar”, precisa García, quien reconoce que la participación del taller de Maqua en este ambicioso proyecto olímpico responde “al empeño de Entre-Prises porque fuéramos uno de los elegidos”. Y así fue.

Alberto Ginés en los Juegos. Myriam MANCISIDOR

Los de Maqua –trabajan unas treinta personas en la nave número 18, aunque el número varía según los ciclos productivos– ahora son olímpicos, pero llevan ya mucho tiempo participando en importantes competiciones. Colaboraron recientemente, por ejemplo, en los Juegos Deportivos de Sudamérica. “Nosotros fabricamos para toda Europa, para el sur de África… Con la pandemia hubo un parón, pero la escalada está en auge”, dice García. Ahora casi cualquiera que se lo proponga puede escalar aun sin comulgar con la naturaleza.

En el centro de deportes urbanos de Aomi, cerca de la Villa Olímpica y con vistas a la bahía de Tokio, son tres disciplinas las que enfrentan a los atletas: búlder, dificultad y velocidad, las tres sobre paredes con sello avilesino. En el caso de la velocidad, dos escaladores se aseguran con cuerdas de seguridad e intentan, en vías idénticas, escalar más rápido que su oponente una pared de 15 metros de altura, colocada en un ángulo de 95 grados. Una salida en falso resulta en descalificación directa.

En el búlder (escalada en bloque), los atletas escalan tantas vías fijas como puedan en 4 minutos en una pared de 4,5 metros de altura, la cual cuenta con colchonetas de seguridad. Las vías varían en dificultad y no se permite a los escaladores practicar en el bloque con antelación. Los escaladores se enfrentan a la pared sin cuerdas de seguridad y pueden intentar una vía de nuevo si se caen durante su intento inicial. Es extraordinaria la destreza física y mental que se necesita para lograr el éxito.

La escalada deportiva debuta en Tokio con tres paredes fabricadas en Asturias

En dificultad (lead), los atletas usan cuerdas de seguridad y las sujetan a las cintas exprés a lo largo de la vía. Cuando un escalador fija su cuerda a las cintas exprés superiores (reunión final), ha completado la escalada. Si un escalador cae, se registra la altura (número de sujeción) alcanzada. No se puede volver a subir.

Las primeras medallas de escalada deportiva se definirán según un sistema completo (“overall”), es decir, que combina tres disciplinas: búlder, dificultad y velocidad. Por ello, un atleta que, por ejemplo, sea excelente en búlder, puede que no se alce con la presea.

Los primeros medallistas en escalada deportiva de la historia poseerán esta combinación única de capacidad y decisión física y mental. Para los de Entre-Prises de Maqua el metal ya está ganado. La industria gozoniega ya ha escrito su nombre en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

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