Avilés es sinónimo de industria. Pero ¿qué industria? La actual desde luego, bien distinta a la de hace tres décadas, cuando afrontó un proceso de reconversión que sumió a la comarca en una profunda crisis. La innovación en el sistema productivo, en la organización y en los productos finales no es algo que haya surgido de ayer para hoy. La industria digitalizada e innovadora que empieza a aflorar es el resultado de años de trabajo oculto y silencioso de muchas empresas que ahora permiten a la ciudad mirar al futuro con relativo optimismo.

Esta es la reflexión común a la que llegaron el presidente de la compañía tecnológica Satec, Luis Rodríguez-Ovejero; el que fuera durante más de un cuarto de siglo partícipe directo de la transformación de Avilés desde la Cámara de Comercio, Antonio Sabino; e Íñigo Felgueroso, director de la Fundación Idonial, resultante de la fusión de los centros ITMA y Prodintec, ambos con décadas de experiencia en I+D+i, la fabricación avanzada, el desarrollo de materiales y la industria digital. Todos ellos echaron la vista atrás para analizar las tres últimas décadas que muestran las 108 portadas de la exposición “Avilés y comarca, en portada”, organizada por LA NUEVA ESPAÑA para conmemorar el 30.º aniversario de su edición, la primera del periódico líder en Asturias.

El pasado

“Avilés vive siempre en una permanente crisis, de la que se repone para entrar en otra. Ha pasado por crisis brutales de manera casi permanente, pero aquí sigue”, destaca Luis Rodríguez-Ovejero mientras sus compañeros de este particular viaje asienten. Antonio Sabino, tras un repaso a las portadas, aún recuerda con “profunda tristeza y temor”, el “apagón” del último horno alto en Avilés, el “Carmen IV”, en junio de 1998. Aunque añade que hubo otras muchas noticias muy favorables. La Marcha de Hierro, en defensa de la industria, “la única vez que apoyé a los sindicatos por salir a la calle”, remarca Sabino, y la inauguración del Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA), “un trabajo de negociación y colaboración constructivo como pocos he vivido”. También entre los aspectos más positivos figuran el “boom” que supuso el Centro Niemeyer, la consecución de la Capitanía Marítima de primera para Avilés, y por supuesto, la ampliación del puerto.

El presidente de Satec incide en que “toda la industria tradicional, más o menos, ha aguantado. Y eso ha permitido mantener el tejido social y la conciencia industrial”, una afirmación respaldada por Íñigo Felgueroso al concluir que, pese a todas las dificultades, la ciudad “ha conseguido mantener su pulso industrial”. Y así da pie a la situación industrial y el polo innovador en el que se está convirtiendo Avilés. “Sigue siendo industria, aunque ha evolucionado y ahora se fabrican productos y bienes de manera más sostenible, pero la base sigue siendo la misma”, añade.

La tecnología y el talento

Satec abrió sus puertas en Avilés en 2006 y LA NUEVA ESPAÑA lo anunciaba en su primera página: “La multinacional Satec abrirá un centro para desarrollar programas de informática en Avilés”. Rodríguez-Ovejero no ocultó la ilusión que le produjo ver esa portada en la exposición que se muestra en el palacio de Valdecarzana. “Decidimos esta ubicación porque teníamos a gente muy buena de aquí trabajando con nosotros. De hecho, tenemos un equipo flotante de avilesinos que trabaja por todo el mundo”, explicó el presidente de la compañía. “En Asturias hay un talento extraordinario, pero nos falta vertebrar el talento colectivo y la clave es tener un proyecto, con principio y con final, para embarcarnos en otro”, aseguró Rodríguez-Ovejero. Pero, además, los asturianos en general y los avilesinos en particular “tienen un plus: el compromiso”, añade.

El director de Idonial señala que el cambio del modelo productivo se sustenta en el desarrollo del conocimiento y su aplicación. “Hay que invertir en conocimiento, en el talento, y apostar por la industria. No se puede perder el empleo vinculado a la industria, porque es ese sector el que más riqueza genera, el que permite servicios públicos de calidad y tira del resto de sectores económicos. Y ahora no se entiende la industria sin la innovación”, remarca Íñigo Felgueroso.

“No nos falta ni formación ni talento”, apostilla Antonio Sabino. “Tenemos empresas que son referente mundial. Ahí está Windar, por poner un ejemplo”, añade. “Contamos con compañías que son referente y que compiten con éxito a nivel mundial, aplicando tecnología e innovación”, matiza Felgueroso.

La innovación

“En Avilés está saliendo a la luz una innovación oculta que se venía desarrollando desde hace muchos años. En el último quinquenio, con el Parque Científico Tecnológico, la Manzana del Acero y los centros tecnológicos abiertos por las empresas ha aflorado el enorme potencial que existe y que se empieza a visibilizar. Todo esto no se hace en un día, ni en un año. Hay empresas innovadoras que compiten y que ahora se están empezando a ver a nivel social y mediático. Esa visibilidad es muy importante y muy positiva por lo que traslada a la sociedad”, añade el director de Idonial.

Luis Rodríguez-Ovejero incide en la influencia que ha tenido la pandemia en la industria, “porque rompió las cadenas de suministro y se vio que todo lo que teníamos dependía de la fabricación en otros países. Tenemos, como país, que recuperar la capacidad de producir y desarrollar productos para no ser tan dependientes”, insiste.

El cambio climático.

En este punto surge en la conversación las dificultades que sufre la industria local, regional y nacional con el paso de las energías tradicionales a las energías verdes en la lucha contra el cambio climático. “Todos estamos de acuerdo en que hay que cuidar el medio ambiente, pero nuestra industria compite con países en los que esa política no existe, y no sé si no estaremos en un exceso, en lugar de buscar el equilibrio”, comenta Antonio Sabino.

Rodríguez-Ovejero interviene para destacar que “hay mucha confusión. Por ejemplo, decir que tenemos un mal verano por el cambio climático es una exageración. El problema medioambiental se está planteando mal y surge el eterno debate entre la urgencia y la importancia. Esta transformación se debe hacer de forma transitoria y regular, y valorando los costes”.

Íñigo Felgueroso matiza que “todo el esfuerzo se centra en la digitalización de la industria y en la industria sostenible, lo que a medio y largo plazo acabará dando resultados. La preocupación está en el ritmo, en la velocidad que se aplica”.

Las pymes

¿Y qué pasa con las pequeña y medianas empresas? Pues que también “se van adaptando, con un desarrollo muy notable, gracias en parte a la labor realizada por las Cámaras de Comercio y la patronal FADE con jornadas para llevarlas al mercado internacional”, indica Sabino, para remarcar que “así es como muchas han conseguido sobrevivir”. Pero más allá de eso, Rodríguez Ovejera incide en que “las empresas tractoras deben promover la creación de pequeñas empresas, que encuentran su nicho de negocio en espacios que quedan libres y que hay que ser capaces de identificar”.

Felgueroso, por su parte, señala la escasa capacidad que tienen las pymes para innovar, y las que no lo hacen se van quedando rezagadas. “La clave está en la colaboración y en la innovación abierta. Si se tiene una idea, hay que buscar el apoyo en una gran empresa, en un centro tecnológico, en la Universidad… El problema es la falta de cultura colaborativa, aunque eso está cambiando”.

La formación

Los tres interlocutores están de acuerdo en que el proceso de transformación industrial debe ir acompañado de formación. Y cuando se trata de innovación, “no se puede pensar solo en quienes llevan bata blanca. La innovación es una actividad diaria, cotidiana, aunque no se vea así”, remarca el director de la Fundación Idonial.

Esta afirmación es respaldada por el presidente de Satec, quien destaca que Avilés está en el buen camino de la innovación y eso va a cambiar el paradigma, porque innovar supone hacer las cosas de otra forma, pero también supone abrir las perspectivas. “Y diré que además de formación, Avilés es una ciudad con ilusión, con ganas de hacer cosas, y eso tiene un valor enorme”, añade.

Antonio Sabino incide en el ámbito de la formación y lleva la conversación a la formación profesional (FP). “Siempre ha sido fantástica y de ella han salido enormes profesionales, pero hay que dignificarla, no denostarla”. En este sentido, Felgueroso apunta que “la FP es además una fuente de empresarios, de personas que tienen vocación empresarial y la descubren durante su formación y al incorporarse al mundo laboral, y acaban abriendo su empresa y creando empleo. Y todo trabajador en su día a día, sin darse cuenta, impulsa la microinnovación de manera continua”.

La incorporación femenina

Una de las mayores carencias que detectan tanto Antonio Sabino como Luis Rodríguez-Ovejero es la escasez de presencia femenina en las carreras técnicas y en la industria, aunque ya se están dando pasos. “Hay que conseguir que a las mujeres, desde que son niñas, les gusten las matemáticas. Hay un déficit de mujeres en la industria, y hay que darle la vuelta a eso”, coinciden.

El futuro

¿Cuál sería, para los contertulios, el mejor titular pensando en el futuro? De nuevo coincidencia: el despegue industrial de Avilés, con la implantación de una industria limpia y digital, pero industria al fin y al cabo . “Me gustaría leer pronto un titular que diga que el Parque Científico Tecnológico de Avilés es un referente internacional que atrae talento”, concreta Íñigo Felgueroso. Los tres llegan a una conclusión: “la industria y el talento están en el ADN avilesino, y estamos en el buen camino”.

La muestra se puede visitar en Valdecarzana de lunes a viernes


“Avilés y Comarca, en portada”, la exposición conmemorativa de las tres primeras décadas de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés, está abierta al público en el palacio de Valdecarzana de lunes a viernes, de 11.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00 horas. La entrada es gratuita y los visitantes pueden llevarse el catálogo de la exposición, queincluye una selección de portadas y fotos históricas de los últimos treinta años. La muestra consta de una serie de paneles que, divididos por quinquenios, repasan algunos de los hechos más importantes narrados por LA NUEVA ESPAÑA de Avilés entre 1991 y 2021. Las primeras portadas expuestas, las del periodo 1991-1995, recogen, por ejemplo, los problemas de la Variante, el parricidio de la Peñona de Salinas, la reapertura del teatro Palacio Valdés, y los paros en las instalaciones de Ensidesa, en plena reconversión industrial. La de Avilés y comarca fue la primera cabecera local de LA NUEVA ESPAÑA, a la que siguieron Gijón, Las Cuencas y Centro, Oriente y Occidente, además de Oviedo. Este 2021, el periódico ha sumado a su oferta la primera edición nativa digital, la del Centro.