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Detectan dos barcos franceses pescando bonitos en aguas asturianas prohibidas

La Coordinadora Ecologista denunció a los buques, arrastreros pelágicos, tras recibir aviso de su presencia en el área de 12 millas territoriales

Un barco observado desde el aire por una patrulla de vigilancia.

La animadversión que siente la flota asturiana hacia los arrastreros pelágicos, fundamentalmente franceses, aunque también de Irlanda y Portugal, que capturan bonitos en el mar Cantábrico en estas fechas vive un nuevo capítulo tras la denuncia que hizo ayer la Coordinadora Ecologista de Asturias referente a la presencia de dos de esos buques, en concreto de pabellón francés, en aguas territoriales españolas que tienen prohibidas para la actividad pesquera. Los buques fueron avistados por tripulantes de embarcaciones deportivas que dieron el aviso pertinente en la presunción de la ilegalidad de sus operaciones.

Desde la Coordinadora Ecologista de Asturias aseguraron haber denunciado “ante la Consejería de Medio Rural de Asturias la presencia de barcos arrastreros pescando a menos de doce millas de las costas asturianas, en el entorno del Cabo Peñas”. La iniciativa de la denuncia tiene por objeto que las autoridades realicen la investigación pertinente por si procediese imponer algún tipo de sanción a los barcos en cuestión.

Un portavoz de la dirección general de Pesca del Principado aseguró ayer a este diario que la citada denuncia “aún no consta de modo oficial”. Además, la misma fuente precisó que el Principado “carece de competencias” para sancionar lo que ocurre en las aguas territoriales españolas (las comprendidas entre las aguas interiores de Asturias y la línea de doce millas medidas desde la costa), si bien en caso de tener conocimiento de infracciones en ese espacio “lo habitual es dar parte a la delegación del Gobierno en Asturias para su traslado a la Secretaría General de Pesca”.

“Nuestra organización lleva años denunciando el impacto que causan los barcos arrastreros en la costa, pues alteran las cadenas alimentarias que existen en los ecosistemas, dañan y destruyen el hábitat marino, pescan de forma no selectiva (tirando numerosos peces muertos que no les sirven al mar) y son una competencia desleal para la pesca artesanal”, declaró Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias.

Según Pontigo, este último episodio de “abusos pesqueros” por parte de buques arrastreros franceses ha trascendido “porque fueron vistos por los tripulantes de varios barcos deportivos”. Según la Coordinadora Ecologista, “faenaban a menos de doce millas en plena tarde, y así varios días de la pasada semana, a la altura del Cabo Peñas. Este hecho se pudo constatar posteriormente con su huella de navegación (el rastro digital que dejan los barcos pesqueros obligados a portar caja azul de localización por satélite), por lo que sorprende que el Principado dentro de su marco competencial lo haya permitido”.

La pesca con redes pelágicas de arrastre está prohibida a menos de doce millas de la costa española, “principalmente porque estos barcos atrapan y arrastran todo lo que se pone en su camino y generan muchísimos descartes; es un arte que no es sostenible pues esquilma hasta agotar los caladeros y los ecosistemas marinos, como llevamos años denunciando”, protestan los ecologistas. Y añaden: “La pesca de arrastre es uno de los métodos extractivos que supone una de las principales causas de la degradación de los fondos marinos de acuerdo a varios estudios científicos”.

Los barcos arrastreros pelágicos extranjeros, según critican los pescadores asturianos, “están arrasando con el bonito en el Cantábrico, capturándolo mediante redes de arrastre prohibidas desde hace años en España por su carácter dañino y descartando las capturas de tamaño pequeño y mediano. Las flotas de esos países, gracias a la permisibilidad de la Unión Europea, pueden faenar más allá de las doce millas de la zona económica exclusiva de España, pero el colmo del abuso es que invadan aguas que tienen prohibidas”.

En la costera del bonito de este verano, finalizada el pasado día 16, participaron 278 buques de pabellón español. El valor del atún blanco comercializado en las lonjas “ha sido positivo”, según la Secretaría General de Pesca, “con un precio medio ascendente desde 2018, y en los mismos niveles de 2020 (3,67 euros/kilo), que han supuesto unas ventas estimadas provisionalmente en torno a los 63 millones de euros. En la campaña de 2020, la cifra de ventas se situó en 58,7 millones de euros.

Las inspecciones deparan doce presuntas infracciones

A lo largo de la campaña del bonito finalizada el pasado día 16, la Secretaría General de Pesca, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, llevó a cabo controles de desembarco de capturas en varios puertos, con 94 inspecciones a embarcaciones, tanto de pabellón español como a arrastreros pelágicos irlandeses y franceses, en las que se han detectado nueve presuntas infracciones. Asimismo, desde el mes de junio se están llevado a cabo misiones marítimas, con dos patrulleros de la Secretaría General de Pesca operados por la Armada (P-63 “Arnomendi”, desde el 6 de junio al 22 de julio; y P-64 “Tarifa”, del 6 al 20 de agosto), con inspectores de pesca a bordo. Tanto en tierra como desde el mar se ha realizado un especial seguimiento y control a la flota de arrastre pelágica francesa e irlandesa, con 26 inspecciones en total, en las que se han detectado tres presuntas infracciones.

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