Así fuera solo el tiempo que duró el concierto, la presencia anoche de Aitana –dada a conocer en el programa de talentos “O. T.”– en el escenario de la plaza del Niemeyer devolvió al público asistente la sensación de disfrutar de la música sin apenas ataduras, más allá del preceptivo cubrebocas y los tres metros de distancia con otros congéneres que fijó la organización como medida de seguridad anticovid. Y es que el show de la barcelonesa fue el primero en dos años que se celebra en Avilés con el público de pie, experiencia que se repetirá esta noche (22.30 horas) con “Desakato”.
Aitana, 22 años, es de esas artistas que alimentan el fenómeno fan y la prueba evidente de ello fue la presencia de decenas de adolescentes que aguardaron pacientes, hasta 24 horas en alguno de los casos, en el puente de San Sebastián y sus inmediaciones para acceder al recinto del Niemeyer y garantizarse la cercanía a su ídolo. Joven pero con tablas, la cantante saltó llena de energía al escenario, pegó el consabido grito de bienvenida “¡¡buenas noches Avilés!!” y abrió el concierto con el tema que da título a su disco, “11 Razones”. Antes había sido reclamada con palmas y coros sincronizados: “’Aitaaaana, Aitaaaana!”
La encargada de abrir la Semana Grande de las fiestas avilesinas de San Agustín agradeció que Avilés hubiera pensado en ella para formar parte del cartel musical y, sobre todo, destacó lo mucho que le gusta ver a sus fans de pie y cantando. Esa satisfacción, sin duda es mutua, porque según avanzó el espectáculo aumentó el volumen de las voces que coreaban las canciones de forma directamente proporcional a lo que se fueron reduciendo las distancias de seguridad. Vieron el concierto, según fuentes de la organización, “entre mil y mil quinientas personas”, en un aforo autorizado para tres mil pero reducido a “menos de dos mil” por una cuestión de celo sanitario.
