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Leocadio Rodríguez, jefe del servicio de Geriatría en el Hospital Universitario de Getafe: “Ante una persona mayor diabética el objetivo es evitar el deterioro funcional”

“El sedentarismo, la alta ingesta de carbohidratos refinados y la falta de verduras y fruta pueden ser factores desencadenantes de diabetes”

El doctor Leocadio Rodríguez Mañas, ayer por la mañana, durante su ponencia “Diabetes en la persona mayor: una respuesta distinta para un reto diferente”. | Ricardo Solís

La diabetes, enfermedad que no permite al cuerpo regular la cantidad de azúcar en sangre, aumenta cada vez más entre los mayores. El asunto se abordó ayer en los cursos de La Granda y las ponencias sobre ello finalizarán mañana. Uno de los expertos que está presente estos días en Avilés es el doctor Leocadio Rodríguez Mañas, jefe del servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Getafe, quien explica cómo se debe afrontar la diabetes en los ancianos y aporta algunos consejos saludables para prevenir su aparición.

–¿Cuáles son los factores de riesgo en personas mayores con diabetes?

–El propio proceso de envejecimiento provoca cambios en el funcionamiento de determinados órganos que controlan la glucemia. Cuando somos mayores perdemos músculo y ganamos grasa y, además, nuestra capacidad de hacer ejercicio disminuye. Por lo tanto, los estilos de vida son claves en el desarrollo de la diabetes. El sedentarismo, el hacer poco ejercicio, la alta ingesta de carbohidratos refinados y la falta de verduras o fruta, pueden ser factores que propicien la aparición de la enfermedad.

–¿Cuáles son los síntomas de la diabetes en una persona anciana?

–La enfermedad se suele detectar de dos maneras. La primera de ellas es cuando ya existe un problema cardiovascular o renal, por ejemplo, y la segunda es cuando se acude a una revisión normal y se descubre. Se ha discutido si deberían hacerse glucemias una vez al año a partir de los 60-65 años. Yo creo que es conveniente.

–¿Qué diferencia hay entre una persona mayor con diabetes y una persona adulta o joven con la misma enfermedad?

–La principal diferencia son las consecuencias. En un adulto, el objetivo es evitar la muerte. Sin embargo, en una persona mayor, el objetivo es evitar, en un marco temporal, el deterioro funcional. Por ejemplo, no tendría sentido tratar a una persona joven que padece hipercoresterolemia porque a corto plazo no le va a producir nada. Quizá cuando pasen más años, sí. Lo normal es tratar las cosas que se producen en un tiempo concreto.

–¿Qué tipo de diabetes es más común en gente mayor?

–La tipo 2, sin duda. Aunque haya casos de tipo 1, no llegan ni al 5%. Además, de los pacientes con tipo 2, el 30% requieren insulina.

–¿Qué complicaciones puede acarrear la enfermedad?

–Las complicaciones empiezan cuando el individuo tiene una pérdida de autonomía, es decir, pierde movilidad. A veces, se da el caso de que no puede desarrollar actividades básicas de la vida diaria y ser autosuficiente. Esto ocurre cuando no puede lavarse solo o comer sin ayuda, por ejemplo. Se convertiría en una persona dependiente.

–¿Qué novedades hay en el tratamiento farmacológico de la diabetes?

–La verdad es que en farmacología, pocas. Recomendamos llevar estilos de vida saludables. Los fármacos más comunes para gente con un bajo riesgo de hiperglucemia son los idpp4, inhibidores de la dipeptidil peptidasa, para relajar el objetivo de control de la glucosa. Los parámetros óptimos tienen que estar entorno al 8 u 8’5, nunca debajo de 7.

–¿Cómo pueden ayudar las nuevas tecnologías a los más mayores?

–Una cosa que debe estar clara es que nosotros no tratamos la glucemia, tratamos pacientes con diabetes para tener un manejo integral. Estamos desarrollando la plataforma “Positive”, que consiste en monitorizar al paciente a través de unos sensores y algoritmos. Este dispositivo es capaz de enviar alertas y alarmas de complejidad diferente.

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