¿Por qué las grandes giras eligen Barcelona y no Madrid? ¿Puede pelear Avilés en esa pugna por la ‘capitalidad’ musical en el Principado? El pabellón de La Magdalena, que se estrena para grandes espectáculos este próximo 18 de septiembre, única parada en Asturias del cantante Camilo, es la prueba de fuego para posicionarse como referente para eventos dirigidos a grandes públicos y, por qué no, para tomar posiciones en esa lucha que mantienen abierta grandes ciudades como Madrid o Barcelona por hacerse con las grandes giras de artistas internacionales.
Las razones principales por las que las bandas de alcance planetario escogen unos u otros emplazamiento se fundamentan, por un lado, en temas de rutas y su proximidad a otras paradas de la gira y, en segundo lugar, por cuestiones de aforo.
Para ganar puestos Avilés ha completado una importante intervención en el pabellón de La Magdalena que permitirá, una vez fuera de las restricciones sanitarias por la pandemia, llegar a reunir en el recinto hasta 6.300 personas de pie. Si se captan grandes giras de artistas, las entradas suman un precio medio alto y eso se traduce en una mayor facturación para los eventos que tengan Avilés como sede.
Desde el Ayuntamiento vienen trabajando en esta línea desde hace meses para lograr afianzar posiciones.
La primera experiencia de este tipo, aunque más limitada para lo que puede llegar a alcanzar, fue el pasado enero durante la celebración de la gala de Reyes.
Los otros recintos en Asturias para grandes conciertos, antes de que la pandemia se llevara por delante buena parte de los espectáculos, son el palacio de deportes de La Guía, en Gijón, con un aforo de 5.000 espectadores. El de la Plaza de Los Ferroviarios, en La Losa de Oviedo, fue de algo más de 6.000 personas durante ediciones pasadas de las fiestas San Mateo. Ahora no se puede utilizar para conciertos por sentencia judicial, al implicar emisiones sonoras por encima de los límites autorizados, según el Tribunal Superior de Justicia de Asturias.
Las obras realizadas en el pabellón avilesino para adaptarlo a eventos más amplios incluían la impermeabilización de la cubierta así como la insonorización del recinto junto a la adquisición un soporte permanente de equipos acústicos.
