Hace más de cuarenta años la comarca vio nacer uno de sus foros estivales por excelencia: los cursos de La Granda, presentados como espacio de conocimiento, de expresión en libertad, apoyados por el mundo de la empresa y por instituciones como la Universidad de Oviedo, donde profesores y otras personalidades de probada solvencia abordan asuntos de campos tan diversos como la economía, la historia, la literatura, la industria, la tecnología, la salud, la religión o la diplomacia, por citar sólo algunos.
Tras haber superado este año el trance del repentino fallecimiento de su gerente, el economista José María Pérez Arias, miembro de la junta directiva y ‘alma mater’ de los cursos, la cita de verano de La Granda se trasladó al centro de Avilés con un notable éxito de participación. La jornada inaugural, de estreno para el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, fue la única de esta edición que se celebró en el viejo chalé de Arcelor, ahora en proceso de rehabilitación como centro investigador.
Ninguno de estos cambios menguó la buena acogida que este programa tiene en el verano de Asturias. A lo largo de 23 jornadas pasaron 113 ponentes y se abordó en16 sesiones temáticas asuntos como el futuro de las universidades, la pandemia, la transición energética, la industria, la innovación, los desafíos de la industria del metal, la ingeniería biomédica o economía e impuestos. Tampoco faltaron sobre la mesa asuntos polémicos como la eutanasia.
En la clausura del pasado viernes, con un magnífica intervención del exministro Jaime Lamo de Espinosa, catedrático emérito de Economía Agraria de la Universidad Politécnica de Madrid, fue el alcalde de Gozón, Jorge Suárez, quien se atrevió a introducir una reflexión importante para afrontar el futuro de estos cursos. La de la diferencia entre el foro y el debate. Un foro es una instancia participativa reglada, en donde autoridades debaten, discuten o tratan un tema en específico. El debate, en cambio, es un intercambio de opiniones comúnmente contrarias, cada una con exponentes que las defienden, no participativo, moderado y reglado (cuando es formal). Lo que el regidor gozoniego quiso trasladar fue la oportunidad de aprovechar en el foro de La Granda el objetivo de intercambiar abierta y libremente opiniones sin que los seminarios se conviertan en reuniones monotemáticas, donde se imponga una única visión.
Como defendía Pérez Arias, la ‘academia’ de verano de La Granda rompió en su momento con los métodos de aprendizaje habituales y, desde entonces, no han dado ni un paso atrás. Ese estilo peculiar que le ha caracterizado a lo largo de los años, con ponentes de relieve, con multitud de maneras y materias, como hemos visto este año, debe perdurar. Pero conviene, igualmente, que perviva, frente al debate monotemático, un diálogo múltiple y sinérgico, que permita abrir el abanico de participación a todas las posturas posibles. Y que en esa plática se logre el objetivo de un verdadero intercambio de información.
