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El precio de una habitación en pisos compartidos se duplica y llega ya a 400 euros

Los propietarios ofrecen viviendas específicas para estudiantes de septiembre a junio o para trabajadores con nómina un mínimo de 4 meses

La calle González Abarca donde se alquilan habitaciones a 400 euros..

Avilés no destaca como ciudad universitaria, pero que la Escuela Superior de Arte y la Escuela del Deporte del Principado tengan su sede en la ciudad explica, en parte, que cada vez más se oferten habitaciones en pisos compartidos y a precios de oro, casi el doble que hace siete años. Un ejemplo: un cuarto con baño privado, derecho a cocina y áreas comunes como el salón o la terraza en González Abarca se alquila por cuatrocientos euros al mes.

En una calle aneja se ofrecen condiciones similares de alquiler y por tiempo limitado, de septiembre a junio; es decir, durante el curso académico.

En distintos portales inmobiliarios también se ofrecen habitaciones en pisos compartidos y se especifica que el inquilino debe ser una persona con nómina. En estos casos piden tiempos mínimos de estancia a partir de los cuatro meses. Tanto para los estudiantes como para los trabajadores hay cuartos ya en casi cualquier zona de la ciudad. El precio de un dormitorio en alquiler ronda, de media, los 300 euros mensuales y depende más que de los servicios de la casa (la conexión a internet es uno de los mayores reclamos) de la ubicación de la vivienda.

De esta forma, por una habitación en alguna de las calles del casco histórico se pagan hasta 300 euros al mes, unos cien más que por un hueco en un piso compartido de Versalles, Villalegre o La Magdalena. De nuevo ejemplos: mientras que en la calle Álvarez Gendín ofrecen una habitación por 250 euros al mes en Bances Candamo se pide una mensualidad de 350 euros por habitación y en La Cámara de 450.

A la hora de elegir un piso compartido, los futuros inquilinos pueden rellenar diferentes formularios con información personal que les facilita la búsqueda de una vivienda acorde a sus necesidades. En las agencias inmobiliarias lanzan a los posibles arrendatarios preguntas como si tienen mascotas, cuántos compañeros quieren en el piso, si son o no fumadores, si son chicos o chicas, el precio máximo que están dispuestos a pagar por una habitación o la zona donde les gustaría residir. En los últimos tiempos también se ha incluido la “cláusula covid” en muchos de los contratos de alquiler. Esta fórmula regula la posibilidad de desistir del contrato sin penalización en caso de confinamiento, paralización de la actividad lectiva o laboral.

“Cuando alguien pregunta por un piso compartido en Avilés suelen ser padres de estudiantes jóvenes o trabajadores que planean pasar aquí una temporada más o menos larga”, explica un responsable de una inmobiliaria del centro. Las personas que comparten piso tienen un perfil similar al del año pasado, aunque la edad media ha subido hasta los 33 años.

La mayoría prefiere el centro de la ciudad, no fuman ni permiten que se fume en la vivienda y no tienen ni admiten mascota. En la mayoría de los pisos compartidos conviven hombres y mujeres (69%), mientras que el 26% sólo tiene habitantes femeninas y el 4% solo compañeros masculinos, según datos recogidos por un portal web especializado. Menos demanda tienen por el momento, según los gestores inmobiliarios, las solicitudes de alquiler por ancianos que desean abandonar los geriátricos tras el impacto de la pandemia, el “modelo nórdico”.

Pese a que los precios de las habitaciones en pisos compartidos ya es el doble que hace pocos años en Avilés, sigue siendo una opción más ventajosa que un alquiler íntegro, sobre todo para estudiantes y trabajadores eventuales que viajan sin familia. El último año los precios del alquiler general han subido un 12,3 por ciento en Avilés, muy por encima de en Oviedo y Gijón.

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