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Dos maratones y media por Xana

El avilesino Manuel García corre los 108 kilómetros hasta Covadonga para visibilizar la parálisis cerebral de su hija

Manuel García, en primer término, antes de su salida desde Avilés, con un grupo de personas de apoyo, al fondo. | Miki López

Manuel García se marcó un reto: correr hasta Covadonga desde Avilés. La distancia más larga que ha recorrido nunca: 108 kilómetros. Y lo consiguió. Todo ese esfuerzo físico para visibilizar la entrega y pundonor que, día tras día, realizan los menores con dificultades como la de su hija Xana, que tiene parálisis cerebral, y sus familiares. Llegó agotado, las piernas apenas le respondían pero con la cabeza fría, la que ha mantenido desde siempre para sacar adelante a su pequeña –junto a su pareja, Alba Barón–, y necesaria para afrontar un reto como el de ayer.

La llevada a Covadonga del avilesino Manu García, bajo la cueva.

Desayunó ligero para afrontar la carrera, antes de reunirse en El Parche con una decena de avilesinos que quería desearle ánimos en su dura empresa. “Estoy a tope de ánimo”, manifestó momentos de partir, a las 08.15 horas, y custodiado por la Policía Local y seis moteros del grupo “Solidaridad sobre ruedas” y el ciclista Jorge Prado, del club “Bikineros”, que ya han colaborado en iniciativas solidarias y benéficas por la pequeña Xana. García partió entre aplausos de miembros de la asociación “Rey Pelayo”, del edil socialista Manuel Campa y también de Rubén Velasco, director del colegio de Educación especial San Cristóbal de Avilés: “Estas familias viven en una maratón diaria, por eso es importante dosificarse e ir poco a poco, eso siempre lo decimos en nuestros centro”, indicó Velasco. Manuel siguió ese consejo y es lo que ha ejercitado durante los últimos doce años, también en el plano deportivo. Corrió y caminó a ritmo a tramos y siempre con la cabeza alta y esperanzado.

Su hermano pequeño, Pablo García, hizo de apoyo desde su coche desde las 13.30 horas hasta la llegada a Covadonga y a seis kilómetros de la llegada, cogieron el testigo los moteros de “Solidaridad sobre ruedas”. Y pese a algunos dolores de estómago iniciales que le impedían ingerir, poco a poco, el mayor de los García fue reponiéndose con refrescos de cola: “Me va asentando la barriga, pude comer un sandwich, ya estoy llegando a Arriondas. Tengo un poco de dolor en las piernas pero soportable, sigo adelante”, afirmó el corredor, cuando iba por el kilómetro 81, lo que equivale a casi dos maratones y medio Pero aún le quedaba tramo y seguía, en plena noche, y con energía. Y consigo llevaba un mensaje para todas las familias con niños con dificultades como Xana: “Es un reto para que todos vayamos a mejor, para que los tratamientos estén cubiertos, para que haya conciliación y podamos vivir una vida normal...”.

El avilesino completó el final de la ruta entre su ciudad y Covadonga cerca ya de las once y media de la noche el objetivo se había cumplido. “La última hora fue muy justo, pero hemos llegado a La Santina, por Xana y por todos”.

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