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La falta de cupos estrangula a la flota asturiana: “Hacemos funambulismo”

Los buques sin cuota podrán beneficiarse de la sobrante de otros desde el día 1 de octubre: “Es un alivio, pero llega tarde”, lamentan

Pescadores descargando bonito de madrugada en el puerto pesquero de Avilés. | Ricardo Solís

El sector pesquero asturiano sin bonitos ni sardinas con los que llenar las bodegas navega sin horizonte de pesca: las cuotas que quedan son escasas y la travesía hasta diciembre se antoja complicada para unos profesionales que deben hacer “funambulismo” para llegar a final de año con el contador a cero para todas las especies. Como dato positivo está que, a partir del 1 de octubre, la flota asturiana, principalmente la de cerco y arrastre, podrá beneficiarse del novedoso sistema de gestión de las cuotas de pesca para mejorar su aprovechamiento y afrontar con mayores garantías la obligación de desembarque, evitando el efecto estrangulamiento sobre las flotas por agotamiento de cuotas.

Este mecanismo pasa porque los buques que hayan agotado sus cuotas previamente o aquellos que a partir de esa fecha las vayan agotando, puedan seguir faenando mediante el uso de las cuotas que van a sobrar a otros buques. “A nosotros nos beneficia en el caso de la merluza, y es un alivio. Pero un alivio que llegar tarde. Debería aplicarse a partir de junio”, defiende Adolfo García, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias. Y se explica: “De junio a octubre, por la gestión de cuotas, vivimos difícilmente para poder sacar rentabilidad a nuestros barcos”.

Así, pues, con la “bolsa” común cerrada hasta octubre; la flota tiene en estos momentos exiguas posibilidades de pesca. El cerco puede tirar, por ejemplo, de chicharro, caballón y boga. “Pero hay poca leche”, confiesa a modo descriptivo García. El palangre de fondo continúa con la merluza no sin restricciones y también con la pesca de besugo y virrey haciendo cálculos matemáticos: de besugo tienen permitido pescar 30 kilos al día y de virrey, 50. La volanta navega en aguas similares al palangre y la flota comunitaria, que es la que estos meses salva las cuentas en la rula avilesina, principal puerto pesquero asturiano, continúa a la merluza. Los de artes menores sobreviven con la lubina, la fañeca, negrita, xargo… “Nos habría ayudado y mucho que la bolsa para el consumo sobrante se abriera en junio porque necesitamos más merluza, ahora llega tarde”, reitera García.

La rula avilesina, principal plaza pesquera del Principado, cerró el pasado mes de agosto con descargas que sumaron 1.791.631 kilos, muy por encima de los 1.416.115 kilos del mismo mes de 2020. La facturación también ha sido mayor: 4.563.071 euros frente a los 3.773.686 de agosto del año pasado. De entre un listado de más de cien espacias hay cinco que han copado el protagonismo en las últimas semanas. Es el caso del bonito: en las instalaciones de Conde de Guadalhorce se desembarcaron el mes pasado un total de 491.603 kilos y el precio medio del kilo subastado fue de 3,62 euros. Desde que comenzó la temporada del bonito a finales de mayo hasta el cierre de la misma por orden ministerial a mediados de agosto en Avilés se rularon alrededor de 1,4 millones de kilos. La anchoa también tuvo sus días de gloria: se subastaron 119.471 kilos y el precio medio fue de 1,42 (el máximo de 3,35 euros). La sardina y la bacaladilla contribuyeron asimismo a engordar las cuentas de la Nueva Rula de Avilés, al igual que la merluza: solo en agosto se subastaron 413.111 kilos a 3,37 euros de precio medio (39,70 euros de máximo).

Son habitualmente, a estas alturas del año, los barcos de comunidad, que se dedican principalmente a la captura de merluza en aguas internacionales, los que hacen posible que el balance final de la rula avilesina sea positivo al estar ya cerradas muchas pesquerías de importante valor comercial para lamento de los pescadores: “De septiembre a diciembre hacemos funambulismo”, concluyen.

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